Vientos encontrados en Iberdrola
La Bolsa castiga a su filial eólica pese al crecimiento en sus resultados y en sus proyectos en cartera
Iberdrola Renovables goza de buena salud, señala gráficamente un analista, rememorando en estas fechas al Don Juan Tenorio de Zorrilla, al aludir al trato dispensado por el parqué y los inversores a sus acciones (pierden casi un 29% en lo que va de año) pese a unos resultados operativos que crecen a doble dígito, una cartera de proyectos que supera los 62.000 megavatios y que le asegura varios ejercicios de actividad y una decidida expansión que reduce su dependencia del mercado doméstico. Prefieren ver el vaso medio vacío. "La eléctrica ha decidido, ante los tiempos que corren, reducir de 1.900 a 1.400 los megavatios que preveía instalar anualmente y hasta 2012 en distintos países", señala un informe de Ahorro Corporación. Los analistas de Goldman Sachs y de Barclays han recortado el precio objetivo de Iberdrola Renovables, aunque otros, como los de Renta 4, recomiendan comprar sus acciones.
La eólica española es ya primer operador en Reino Unido y segundo en EE UU
Reduce de 1.900 a 1.400 los megavatios que prevé instalar cada año hasta 2012
En Iberdrola Renovables "no somos ajenos a lo que sucede en nuestro entorno", a la incertidumbre regulatoria en torno a estas energías planteada en los pasados meses en España y en algún otro país, a las restricciones presupuestarias públicas y a la crisis económica y financiera global en la que estamos inmersos, ha declarado esta semana Estanislao Rey-Baltar, adjunto al consejero delegado de la eléctrica, a este periódico. "Por eso hemos extremado la prudencia a la hora de ajustar y moderar nuestras previsiones de crecimiento y a la hora de elegir los proyectos y mercados en los que entramos", agrega, y explica que seguridad jurídica, rentabilidad y sostenibilidad son las premisas estrictas que aplican en cualquier inversión. "A pesar de la crisis hay oportunidades en el mercado y las vamos a aprovechar", dice Rey-Baltar, "pero por cautela hemos reducido las previsiones iniciales de instalación anual de megavatios, aunque los objetivos que nos proponemos siguen siendo muy ambiciosos".
Acorde con esta estrategia, Iberdrola Renovables, que es ya el segundo operador eólico de EE UU (tiene presencia en 23 Estados, con casi 4.500 megavatios instalados en 47 parques), ha iniciado hace tres semanas la construcción de su primera planta de biomasa forestal en este país, en Lakeview (Oregón), que tendrá una potencia de 26,8 megavatios y será operativa a finales de 2012.
Hace un mes anunció, también en EE UU, dos grandes proyectos de energía solar fotovoltaica, en Alamosa (Colorado) y Copper Crossing (Arizona), que suman 50 megavatios y entrarán en funcionamiento en 2011. Las dos centrales, según la eléctrica, tienen asegurado recibir los fondos de estímulo a las energías renovables (denominados grants), que otorga el Gobierno de EE UU a las infraestructuras renovables que inicien su construcción antes de 2011. Estos incentivos aseguran el retorno del 30% de la inversión que hace Iberdrola por poner en marcha las instalaciones. La española, además, se ha garantizado la rentabilidad de estas infraestructuras a largo plazo, tras firmar sendos acuerdos de venta de energía renovable con empresas americanas, denominados Power Purchase Agreements (PPA), durante 25 años. Iberdrola Renovables ha percibido hasta el 30 de septiembre casi 700 millones de dólares en incentivos.
Estas condiciones, dicen en Iberdrola, explican la apuesta decidida por un mercado que "permite crecer sin riesgos regulatorios, con ayudas públicas efectivas -dinero contante y sonante y desde el primer momento- y cerrar buena parte de los proyectos con rentabilidad asegurada de antemano y durante años a través de acuerdos contractuales para el suministro de electricidad con municipios o compañías públicas y privadas". De hecho, señalan, "tenemos ya en EE UU 800 empleados, casi la mitad de la plantilla, y desde 2006 hemos generado unos 14.200 empleos indirectos".
En septiembre, la filial de Iberdrola puso en marcha un Centro de Control de Renovables (Core) en Portland, que le permite controlar, durante 24 horas los 365 días del año, todos sus parques eólicos y subestaciones asociadas.
Reino Unido es otro país clave para la eléctrica española que es ya, a través de su filial
ScottishPower Renewables, el principal promotor y generador de energía eólica terrestre en este mercado con 816 MW de potencia. Además, ha aprobado una ampliación de 217 megavatios (hasta 539) en su complejo eólico de Whitelee, al sur de Glasgow, que va a convertirse en 2012 en la mayor instalación eólica en Europa.
Sus planes británicos para los próximos años giran, sobre todo, alrededor de la energía eólica marina. A principios de 2010, Iberdrola Renovables creó una dirección de negocio offshore en Escocia para canalizar el desarrollo de las instalaciones de energía eólica marina que ya le han sido adjudicadas y que suman unos 10.000 MW en todo el mundo. Entre otros proyectos, en Reino Unido ha logrado, junto a Vattenfall, los derechos para construir uno de los parques eólicos marinos más grandes del mundo (7.200 MW, que permitirán suministrar energía a cinco millones de hogares).
Esta semana, por otra parte, se ha anunciado una alianza de 11 empresas españolas, entre las que figura Iberdrola Renovables, y de 22 centros de investigación para el desarrollo de un aerogenerador marino 100% nacional.
Iberdrola Renovables está presente en 23 países y casi un 60% de su resultado bruto de explotación viene del exterior. En España, tras la incertidumbre regulatoria de meses pasados, la compañía estima que la última propuesta del Gobierno es aceptable y se ajusta a lo acordado con la patronal eólica. Más disconformes se muestran con las adjudicaciones de algunos planes de renovables regionales (en Cataluña, incluso, han presentado alegaciones).
Por otra parte, ACS, que desde hace tiempo trata de hacer valer su paquete accionarial para incorporarse al consejo de la matriz del grupo Iberdrola, ha anunciado que pone a la venta sus activos renovables (1.757 megavatios, de ellos más de mil en España). La desinversión puede desincentivar una posible invocación a un conflicto de intereses para cerrar una vez más la puerta del consejo a la constructora y proporcionarle además fondos para el asalto.
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