_
_
_
_
Reportaje:Dinero & inversiones

No se asuste, mire a largo plazo

Merrill Lynch revisa la historia del mercado y ve exagerado el pesimismo bursátil

David Fernández

Es difícil llamar a la calma cuando el mercado está dominado por el miedo. La euforia y el pánico son movimientos gregarios de contagio instantáneo entre los inversores. Las dudas acerca de la fortaleza de la recuperación económica en Estados Unidos y la crisis de deuda soberana en la periferia europea han disparado las ventas en las Bolsas. En este contexto, el equipo de estrategia de Merrill Lynch ha publicado recientemente un extenso estudio sobre el comportamiento de los mercados desde 1800. La idea es enseñar a los clientes a tener una perspectiva histórica en la evolución del precio de los activos. Estos expertos señalan que actualmente el pesimismo del mercado está centrado en las acciones, la liquidez, las telecomunicaciones y el consumo; mientras que los activos que despiertan optimismo son bonos, oro, Asia / Pacífico, mercados emergentes y materias primas. "Pensamos que el pesimismo en renta variable y el optimismo en bonos es exagerado, y creemos que la confianza en emergentes y oro está justificada", señalan. Las principales conclusiones del estudio son las siguientes:

- Renta variable. En el largo plazo, el mercado de acciones tiende a revalorizarse. Un dólar invertido en grandes empresas estadounidenses en 1824 tendría hoy un valor nominal de 333 dólares. Si se le sumasen los dividendos, ese dólar equivaldría hoy a más de tres millones de dólares.

- Inflación. La rentabilidad de la Bolsa en los últimos 140 años ha sido erosionada por la inflación y los frecuentes mercados bajistas. Por ejemplo, el índice S&P 5000 ha tenido una rentabilidad real negativa en casi uno de cada dos años desde 1871.

- Bonos. Los bonos han tenido mercados alcistas y bajistas diferentes. La mayor fase alcista es desde 1981 hasta la actualidad, en el que la rentabilidad ha caído desde el 15% al 3%. El rédito medio de los bonos a largo plazo (más de diez años) de Estados Unidos desde 1800 ha sido del 5%.

- Tipos a corto plazo. Desde 1981, los tipos de interés a corto plazo (tres meses) han caído hasta su nivel actual próximo al 0,11%, significativamente por debajo de su media de los últimos 90 años, situada en el 3,8%. "La rentabilidad de la liquidez es históricamente baja y creemos que permanecerá así los próximos dos años", según Merrill Lynch.

- Inmuebles. Entre 1997 y 2006 hubo una burbuja inmobiliaria y el precio de los pisos en Estados Unidos creció un 85%. Desde el pico de 2006, el valor real de los inmuebles ha caído un 36% y ahora están en el mismo nivel que en 2000.

- Oro. La política de tipos a interés del 0% en la mayoría de los principales países industrializados está alimentando otro mercado alcista en el oro: en los últimos cuatro años el precio ha crecido desde 600 dólares / onza a casi 1.400 dólares. Merrill Lynch tiene un precio objetivo de 1.500 dólares para este activo.

El riesgo suele tener recompensa

Un estudio de BME muestra que a largo plazo la Bolsa es el activo más rentable

En las últimas semanas el informe de Merrill Lynch no ha sido el único que ha tratado de aportar una perspectiva histórica al convulso mercado de hoy en día, marcado por los nervios y las estrategias cortoplacistas. El servicio de estudios de Bolsas y Mercados Españoles (

BME) ha elaborado un análisis sobre el rendimiento histórico de la Bolsa y otras alternativas de inversión. La principal conclusión es que en el largo plazo, la inversión en acciones es, con gran diferencia, la que mayor rentabilidad ofrece.

Para ilustrar esta teoría, el servicio de estudios de BME pone un ejemplo muy gráfico: una inversión de 100 euros en el índice total de la Bolsa española en enero de 1980 se habría convertido en 9.254 euros en junio de 2010. Es decir, la rentabilidad media anual acumulativa de esta inversión sería del 16%. En este periodo los dividendos reinvertidos proporcionarían un rédito anual añadido del 5,25%. Si esos 100 euros se hubieran invertido en bonos a 10 años, pasadas tres décadas esa cantidad se habría convertido en 2.576 euros (tasa de rendimiento anualizada del 11,27%); mientras que si esa cantidad se hubiera destinado a depósitos a corto plazo, el ahorrador tendría ahora solo 1.264 euros (interés anualizado del 8,7%).

Haciendo este ejercicio, pero descontando la inflación, el inversor en Bolsa tendría un rendimiento real medio anual acumulativo del 10% -o lo que es lo mismo, esos 100 euros invertidos en 1980 equivaldrían ahora a 1.862 euros-; el ciudadano que hubiera apostado por la deuda a largo plazo tendría un rédito anualizado del 5,86% -es decir, sus 100 euros serían hoy 518 euros-; mientras que el ahorrador más conservador que hubiera optado por los depósitos a corto plazo tendría una ganancia anual de solo el 3,12% -sus 100 euros serían hoy 254 euros-. "Los estudios referidos a la evolución de los principales mercados bursátiles mundiales y la Bolsa española en particular muestran que, a largo plazo, la rentabilidad de la inversión en Bolsa remunera el riesgo asumido con rentabilidades adicionales", señaló Domingo García Coto, responsable del servicio de estudios de BME, durante la presentación de este trabajo.

La teoría dice que rentabilidades pasadas no son garantía de réditos futuros. John M. Keynes llegó a decir: "A largo plazo, todos muertos". Aunque también hay defensores de esta estrategia como John Templeton: "Las cuatro palabras más peligrosas en inversión son: esta vez es diferente". -

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_