Rivera ansía consolidar el proyecto político de C's
Albert Rivera no dormirá tranquilo hasta el domingo. A diferencia de los responsables de otros partidos, en estas elecciones no se preocupa por si el suyo, Ciutadans (C's), alcanza a sumar en alguna alianza. Lo que está en juego es su consolidación como proyecto político. Para entrar en el club ha de tener su partido propio en el Parlament, lo que implica lograr cinco diputados, pero la mayoría de las encuestas le dan cuatro.
La campaña de C's, que ayer concluyó ante 170 comensales en un hotel de Barcelona, ha sido moderada. El autobús que transporta a los periodistas es una furgoneta. Aparte de los actos centrales, nunca logró reunir más de 50 personas en sus mítines. Con solo 200.000 euros de presupuesto, en su mayoría aportados por bonos retornables que han adquirido sus militantes, el dinero no da para mucho. Hasta han tenido problemas para enviar las papeletas a las casas de los votantes.
Rivera también ha ido a su bola. Estas dos semanas de campaña se ha dedicado a explicar sus propuestas, sin ser atacado frontalmente por los otros partidos, que le ignoran. Aparte del debate a seis, en el que dio la sorpresa al hablar castellano y fue el único, junto con Herrera, que tocó el tema de la corrupción, su confrontación con los otros partidos ha sido inexistente. El líder de C's ha hablado de lengua, renovación política y ayudas a los emprendedores, pero no ha sido capaz de abordar con más enjundia temas como las infraestructuras o las finanzas. Confía en sus votantes seguros y trata de arañar descontentos del PSC y el PP, pero sabe que una alta participación vetaría su entrada.
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