Del batiburrillo a la dispersión
Los líderes de PSOE y PP se enredan en la Cámara en un debate inconexo - Griñán presenta a Arenas como un perdedor y el popular cuestiona la valía del presidente
De todo un poco y de nada en profundidad. Una mixtura de la actualidad con pasajes fijos y frases ingeniosas en busca de un titular que nunca acaba de cuajar. Ése es el perfil que van adquiriendo los debates entre José Antonio Griñán y Javier Arenas en el Parlamento andaluz. En los pocos minutos que duró ayer la pregunta del popular al presidente de la Junta, ambos jugaron un mareante partido de pimpón en el que pasaron revista tanto a las noticias recientes como a las disputas crónicas. A los asuntos trascendentes y a las banalidades. Un batiburrillo que siempre desemboca irremediablemente en la dispersión.
A saber: cajas de ahorro, conflicto de los funcionarios, polémica sobre subsidios y subvenciones, el franquismo, la dictadura de Cuba, el peso de Andalucía en la Unión Europea, el peso de Andalucía en España, el Sáhara, la deuda histórica, los fondos europeos, el escándalo de Mercasevilla, la PAC (Política Agraria Común), la financiación autonómica, las inversiones públicas y, por supuesto, la crisis económica desde todas las ópticas posibles. También dio tiempo a escaldar al contrario con sátiras, comparaciones hirientes e, incluso, remontarse al pleistoceno político para hallar la mácula certera con la que dar más fuerte.
Arenas pregunta dónde está el dinero malversado de Mercasevilla
Griñán ya ha advertido en pasadas sesiones al líder del PP de que del asunto que registra en la pregunta -y, presumiblemente, el socialista se prepara- a lo que luego dice en la tribuna media un abismo. Supuestamente, el tema de ayer era "Andalucía en España". Por eso, el presidente de la Junta le afeó que en sus dos turnos apelmazara un "tuti-fruti" inabarcable, al que él (en vista de la confusa diáspora) replicó según le pareció, y que le convino, claro está.
Arenas lo hace queriendo. Según cuentan sus asesores, le interesa componer una miscelánea de "fracasos", adobada por el clima de pesimismo omnipresente que padece la ciudadanía, para atacar la figura del propio Griñán y cuestionar su capacidad y relevancia política. La idea-fuerza es que con él Andalucía ha retrocedido, que es un presidente ausente que jamás se hace responsable de nada y va camino de la completa inanidad. La intención se puede resumir en esta frase: "Si yo tuviera que hacer su biografía, el resumen sería: 'Don José Antonio Griñán, que quería que todo el mundo lo llamara Pepe, es el presidente con menos credibilidad y más debilidad de la historia autonómica de Andalucía".
Entreveradas en las respuestas concretas a los asuntos que Arenas le fue sacando atropelladamente y en cascada, el socialista dio mordaces pinceladas, también con una intención más que clara: dibujar a un político frustrado por sus continuas derrotas en las urnas andaluzas, obsesionado con quitarse la estampa de perdedor contumaz y capaz de cualquier cosa con tal de lograrlo. He aquí uno de esos trazos: "Me recuerda usted a un torero, que se llamaba El Platanito [Blas Romero González], que pedía continuamente una oportunidad y utilizaba para conseguirlo el tremendismo". Con el símil del matador, el presidente de la Junta pegó dos veces: una, porque era un infortunado que buscaba empecinadamente el éxito; y dos, porque recurría a la charlotada por necesidad, para hacerse ver. El Platanito acuño un término, platanada, que consistía en montarse en el lomo del toro y hasta darle un beso en el hocico.
De entre la amalgama de temas que tocaron Griñán y Arenas, el que más destacó por su rabiosa actualidad y potencial fue sin duda el caso Mercasevilla. El popular emplazó al socialista a explicar dónde está el dinero de las pólizas que se han suscrito a nombre de personas que nunca trabajaron en la empresa, a lo que el presidente contestó que la Junta ha puesto toda la documentación en manos del juez. Y para demostrar que la actitud del PP suele ser harto distinta cuando les toca (arremeter contra el fiscal y más tarde contra los magistrados), se remitió al Gürtel y retrocedió en el tiempo hasta el caso Naseiro.
La variedad del pleno de ayer se completó con la expulsión del hemiciclo de trabajadores de Delphi que montaron una algarada, y el encontronazo posterior con Griñán en los pasillos.
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