ERC se lanza a recuperar el voto que pierde por todos los flancos

Esquerra Republicana (ERC) tiene un problema mayúsculo en estos comicios: según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión, solo el 58% de sus votantes volvería a confiar en la formación que dirige Joan Puigcercós. Para los estrategas de ERC, el peligro real no está tanto en las formaciones soberanistas de nuevo cuño -ya dan estos votos por perdidos- como en el 22% que, según el mismo sondeo, preferirá quedarse en casa. Ahí quiere influir Puigcercós, pero son muchas las fugas y quiere abarcarlas todas: ayer, en un mitin en Tarragona, se lanzó a convencer a votantes desencantados del PSC vendiéndose como "la izquierda que no pide permiso y no tiene miedo". En los últimos días también ha querido abordar su frontera con CiU, la catalanista, atacando a la credibilidad del partido de Artur Mas al prometer el concierto económico.

Pese a tantear todas sus fronteras ideológicas, el principal objetivo es movilizar a los abstencionistas para evitar un descalabro provocado por la desmovilización. "Ayudadnos", pidió en el acto central, un mensaje que reverberará como el anuncio que emitirá hasta el día de las elecciones. En una campaña un tanto errática, su mensaje para convencer a los que prevén quedarse en casa es el miedo al PP. "Todo voto que no vaya a ERC es para el PP", sentencia desde el primer día de campaña. Y ayer añadió: "Debemos convencer a los valientes que se quieren quedar en casa". El futuro de Esquerra pasa por lograr esta recuperación. Y pese a los malos augurios, la militancia confía en aquel verso de Miquel Martí Pol que han adoptado como mantra: "Tot està per fer, i tot és possible" ("Todo está por hacer, y todo es posible").

Puigcercós evita la pugna directa con Solidaritat Catalana per la Independència (SI) y Reagrupament (Rcat): se limita a llamarlos "ilusionistas", por sus promesas de independencia, y a acusarlos de no tener programa más allá de la soberanía. Tampoco necesita lanzarse al cuerpo a cuerpo. Al evitar la unidad, tanto Joan Laporta (SI) como Joan Carretero (Rcat) perdieron la oportunidad de reunir el descontento de ERC. Ayer un colectivo independentista reclamó la última oportunidad que tienen ambas formaciones para unirse: apoyar la candidatura de Carretero en Girona, Tarragona y Lleida, y votar la de Laporta en Barcelona.

En un acto en Girona, Joan Laporta explicó por qué no se unieron ambas fuerzas soberanistas: "Estaban encorsetados en sus listas. Y yo quería iniciar un proyecto nuevo", dijo de Reagrupament, al que recomendó sumarse a SI, aunque sin comprometerse a modificar sus listas. Laporta reiteró el principal argumento que tiene para vencer a ERC: "Con el tripartito abandonó el independentismo". Puigcercós lo desmintió en Tarragona: "Si tenemos 68 diputados, proclamaremos unilateralmente la independencia".