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El gobierno local de tránsfugas de Gondomar se descompone en un año

El concejal de Urbanismo ataca a los funcionarios que le reprochan ilegalidades

Los gritos que traspasaban la sala donde se reunía el Gobierno local de Gondomar en un receso del último pleno, el pasado miércoles, ilustran a la perfección la descomposición de la vida municipal en la localidad pontevedresa. Apenas 16 meses después de que una polémica moción de censura convirtiera en alcalde a Martín Urgal, del PP, con el apoyo de cuatro concejales tránsfugas elegidos por la lista del PSOE y otro independiente, el tripartito se tambalea, con Urgal desaparecido para no perder el ERE de Caixanova, peleas por la ocupación de los despachos, reproches entre socios de gobierno o rupturas de la disciplina de voto. El episodio del pasado miércoles elevó el listón de las desavenencias, pero también reveló la refriega del ex socialista Alfonso de Lis, nuevo hombre fuerte del gobierno en ausencia del alcalde, con sus principales técnicos municipales, a los que no perdona que le recuerden que sus intenciones chocan a menudo con la ley.

El alcalde no va por el ayuntamiento y los socios discuten hasta por su despacho

De Lis rompió la baraja en el último pleno. La gota que colmó su capacidad de disimulo fueron los reparos de Intervención a las facturas de la asesoría privada con la que el edil de Urbanismo sortea los reparos legales que los funcionarios municipales ponen a su gestión. Según la interventora -la cuarta que pasa por el cargo en 10 meses-, se trata de duplicidad de gasto. El tránsfuga tomó la palabra para leer nueve folios repletos de reproches, casi todos ellos dirigidos contra el "talante profesional" de la secretaria municipal, a la que acusó de "obstruccionista" y "obstinada". El menosprecio público llega después de que la secretaria, entre otras objeciones, recordara a De Lis la necesidad de contar con informe de Patrimonio de la Xunta para ejecutar obras en una zona declarada Bien de Interés Cultural.

No sólo la oposición ha acudido en auxilio de los funcionarios. También lo hizo el comité de personal del Ayuntamiento de Gondomar, que denunció el "acoso continuado, permanente y reiterado" al que De Lis ha sometido a la secretaria, a la técnica de Administración General de Urbanismo y a las cuatro interventoras. La presidenta del comité, María García, sitúa estas acusaciones en el marco de una "situación caótica" en el Ayuntamiento. Claro que De Lis no está enfrentado con todos los funcionarios. En vísperas de un nuevo Plan General, está tan satisfecho con el trabajo de su arquitecto municipal que ha propuesto para él una subida de 9.000 euros anuales.

El propio PP se desmarcó de sus socios de gobierno en su furibundo ataque a las funcionarias. Su nueva portavoz, Natalia Salgueiro, pidió la palabra para asegurar que no respaldaba las afirmaciones de De Lis. Lo hizo después de una tensa reunión de los concejales que forman parte del gobierno, que abandonaron el pleno durante 20 minutos para atrincherarse en un salón anexo y discutir a gritos sobre las acusaciones que el edil de Urbanismo acababa de formular.

Salgueiro y De Lis no sólo discrepan por el caso de los funcionarios. El abandono del alcalde a tiempo parcial Martín Urgal, ya sin dedicación exclusiva, y que sólo aparece por el ayuntamiento cuando hay pleno, ha desatado una batalla hasta por su despacho, que por ahora va ganando el ex del PSdeG. Para cerrar el círculo de las desavenencias, el único concejal de Move Gondomar, que forma parte del grupo de gobierno tras apoyar la moción de censura de julio de 2009, ha comenzado a votar en los plenos en contra del criterio del resto del gobierno. Un aviso en vísperas del Presupuesto.

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Problemas para el PP pontevedrés

Gondomar es un caso insólito en la política municipal no sólo por los sonados episodios de corrupción urbanística o por la moción de censura que alumbró al nuevo Gobierno entre una fuerte protesta vecinal. Las anomalías incluyen un alcalde, Martín Urgal, del PP, que ha renunciado a la dedicación exclusiva para que no se le escaparan las ventajosas condiciones del expediente de regulación de empleo de Caixanova tras la fusión y al que apenas se le ve por el Ayuntamiento

El vacío de poder ha desatado una guerra soterrada entre los socios de gobiernos: el PP, los cuatro tránsfugas del PSOE y Move Gondomar. La nueva portavoz popular, Natalia Salgueiro, que se ha quedado con la exclusividad a la que renunció Urgal, suena como candidata en las municipales, una responsabilidad a la que no le hace ascos el tránsfuga Alfonso de Lis. Sus peleas dificultan una lista unitaria, una necesidad inaplazable para el presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán, si quiere revalidad la muy reñida Diputación provincial.

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