Osasuna se blinda en el Reyno

Como esas películas previsibles plagadas de corrección y desafecto en las que se intuye el final desde la primera escena, Osasuna y Sporting firmaron un duelo anodino. Dos almas gemelas. Dos equipos emparentados por la historia y la estadística que navegan entre la tradición y la modestia. Los locales no pierden en casa desde el 21 de marzo; los visitantes no ganan fuera desde el 21 de febrero. Osasuna es el 17º en la clasificación histórica de la Liga, el Sporting, el 15º. Y en los banquillos, dos entrenadores de verbo tosco e ideas claras. Las mismas ideas de las que carecieron sus jugadores.

Pura corrección sin alma ni cuerpo. Pura monotonía encorsetada en pizarras y estrategias. Así transcurrió la tarde, con sobresaltos aislados, hasta que al Sporting se le vieron las costuras cuando convirtió un córner a favor en un contragolpe que resolvió Masoud con la misma frialdad que barnizó todo el duelo. No hubo más.