"Hubo, hay y habrá guerra de precios"
José Miguel Andrés (Madrid, 1955) preside en España Ernst & Young, una de las cuatro grandes firmas de auditoría y otros servicios profesionales, desde hace seis años. Especializado en el sector financiero durante más de una década, cree que aún le queda tiempo a la reconversión de la banca en España.
Pregunta. ¿Cómo ve a la empresa española transitando por la crisis?
Respuesta. La empresa española está sufriendo la dificultad de la economía española, que aún digiere la crisis inmobiliaria y el impacto de la crisis financiera, con el lastimoso crecimiento del desempleo. Los sectores que exportan evolucionan de forma positiva, pero en general, aunque la situación sea muy diferente en función de los sectores, tenemos un periodo por delante de meses o incluso de algunos años de poco crecimiento o de ajuste.
"Las empresas han hecho un ajuste rápido. Son más competitivas"
"Los recortes son como una buena medicina con efectos secundarios"
"Han desaparecido las dudas de riesgo sistémico en el sector financiero"
"Nuestra firma ha reducido plantilla, pero, a la vez, conservando talento"
P. ¿Es demasiado optimista la previsión del Gobierno?
R. Las previsiones del centro de análisis de E&Y apuntan que España seguirá en recesión a finales de 2010, con un decrecimiento del 0,5%, y que en 2011 crecerá como máximo un 0,4%. Pero, décimas arriba o abajo, en cualquier caso nos movemos en una fase o de crecimiento muy bajo o de decrecimiento que va a dificultar que la economía española cree empleo. Y ese es su principal problema. Y dicho esto, es cierto que se ha producido un ajuste muy rápido e intenso de muchas empresas. Se han hecho más competitivas.
P. ¿Cree que la reforma laboral aprobada puede ayudar?
R. Puede ayudar, pero es insuficiente. Se ha quedado tímida. En una situación de desempleo tan grave hay que hacer cosas extraordinarias.
P. ¿Está recuperando España la credibilidad internacional?
R. España como país es un país creíble y serio. La valoración de España a nivel internacional es buena. Pero es cierto que la economía española preocupa, porque una serie de indicadores han cambiado de forma muy brusca a peor. De ser considerada milagro económico ha pasado a identificarse por sus problemas. La deuda pública ha crecido de forma relevante, pero es manejable, menor que la de otros países de la Unión Europea o, en términos relativos al PIB, que las de EE UU o Japón.
P. El nuevo dilema planteado es si nos estamos pasando de austeros. ¿Cómo lo ve?
R. Lo que toca ahora es recuperar la confianza internacional de los mercados en que España es un país solvente y que va a atender sus obligaciones. Si para eso hay que tomar medidas de reducción de déficit y de gasto público, hay que realizarlas aunque sean penosas. Es como un tratamiento médico: tiene efectos secundarios negativos, pero es el único tratamiento posible.P. Conoce a fondo el sector financiero. ¿Cree que su reestructuración ha concluido?
R. No. Todavía tiene por delante un periodo de trabajo intenso para ajustar sus balances y sus rentabilidades. Pasarán dos o tres años hasta que esto se consolide. Pero lo importante es que ha desaparecido la duda sobre riesgo sistémico en el sector. Ahora ya es un problema de ajuste de entidades. Unas necesitan concentrarse para reforzar sus recursos propios y ser más eficaces. Otras no lo necesitan. Son viables aunque tengan un camino corto. Es una consolidación del sector y se ajusta a lo que es ahora la economía española. Se ha hecho razonablemente bien.
P. Faltan dos o tres años, dice. Y en ese tiempo, ¿cree que será difícil que se normalice el crédito?
R. El eterno debate de si hay o no demanda no tiene fin. A las entidades, con la nueva regulación, se les va a requerir más recursos propios para desarrollar su actividad y resolver los problemas en su balance, pues no es el mejor escenario para un crecimiento agresivo de la inversión crediticia. Sí se da financiación con normalidad a operaciones con una garantía y solvencia razonables. Lo que ha cambiado dramáticamente es la disponibilidad de financiación de proyectos de mayor riesgo.
P. ¿Qué impacto puede tener una tasa para la banca?
R. El mecanismo más inteligente que permite que el sistema financiero tenga unos fondos para asegurar su supervivencia en situaciones de crisis son las exigencias de capital y recursos propios de Basilea III. Lo más importante es seguir de cerca la actividad y actuar de forma más o menos rápida. La crisis financiera global de 2007 puso de manifiesto que el problema había tomado una dimensión que nadie estaba controlando.
P. ¿Cómo se adapta una firma como la suya a la crisis?
R. Hay que tener al equipo en permanente posición de identificación de oportunidades y de alerta para estar ahí lo antes posible. Hay una competencia brutal.
P. ¿Y con guerras de precios?
R. Absolutamente. Ha habido, hay y habrá guerras de precios. Y la habrá en los próximos meses hasta que no se recupere el crecimiento de la economía y haya demanda de nuestros servicios y nos haga estar a todos más confortables en esta situación.
P. Están reforzando el área de consultoría. ¿Pasa por ahí el manejo de la crisis?
R. Visto el análisis de la situación y la redefinición de nuestra estrategia, una de las áreas que reforzamos es la de consultoría de negocio, para aprovechar aquellas áreas que nos ofrece el mercado.
P. Con la crisis, ¿se ha reducido E&Y en España?
R. Sí, hemos reducido la plantilla del orden del 5% en dos años. A pesar de ello hemos seguido contratando. Tenemos alta rotación y tras ganar experiencia la gente es atraída a otras empresas. Uno de los programas fundamentales que ponemos en marcha es el de retener el talento para la gente que no queremos que se vaya.
P. ¿Ve visos de que firmas medianas logren romper un mercado copado por cuatro grandes?
R. En nuestra liga somos cuatro grandes a nivel mundial, más otras dos de menor tamaño pero con una oferta internacional amplia. No habrá más concentración de firmas. Pero hay una gran barrera de entrada para nuevos jugadores. La demanda de tener metodologías uniformes, metodología internacional, una red que funcione de forma global, hace que muy pocas organizaciones puedan responder a esos requerimientos.P. ¿Veremos más fusiones o adquisiciones de empresas?
R. La tendencia de los mercados es la concentración, y siempre seguirá habiendo fusiones. A la vez aparecerán nuevos entrantes. Tenemos un programa pensado para identificar y trabajar con empresas emergentes estratégicas, identificando qué empresas tienen elevada capacidad de crecimiento. Serán las grandes empresas del futuro. Vemos cómo aparecen nuevos y cómo los antiguos se fusionan. Diez o 20 empresas de las mayores por capitalización bursátil ni existían hace 10 años. Es la vida misma. Y la crisis lo acelera. -
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