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Viaje por la espiritualidad rusa

Bancaixa muestra 52 iconos traídos del Museo Rublev de Moscú

Decenas de tablas en tonos dorados con figuras religiosas, los escasos retazos de la espiritualidad de un enorme país, y tenuemente iluminadas para destacar la delicadeza de sus trazos y el brillo de las pinturas. Se muestran en Bancaixa por primera vez estos 52 iconos. Su valor artístico es incuestionable. Lo mismo su dimensión didáctica, puesto que muestran la evolución de la pintura rusa a lo largo de cuatro siglos. Pero también lo es su valor testimonial, por ser los inestimables restos que pervivieron a una época de expolio del patrimonio ruso durante el siglo XX.

Bancaixa muestra desde ayer 52 espectaculares "representaciones religiosas de pincel o relieve, usadas en iglesias cristianas orientales", según la ajustada definición que la Real Academia da a la palabra icono. Las obras de arte de la exposición Rusia sagrada. Iconos del Museo Rublev de Moscú, que permanecerá abierta hasta el 9 de enero próximo y luego viajará a Alicante entre el 18 de enero y el 27 de marzo de 2011, llegan por primera vez a España. Algunas de ellas nunca habían salido de Rusia. Y la muestra sirve también para conmemorar el 50º aniversario de la institución rusa.

La institución posee 15.000 obras que pervivieron al periodo soviético

El Museo de Cultura y Arte Antiguo Ruso Andrei Rublev, que debe su nombre al principal pintor iconógrafo ruso (inmortalizado en la mítica película titulada con el nombre del artista que filmó Andrei Tarkovski en 1966), fue fundado en 1947 pero no abrió sus puertas hasta 1960. Y se ubica, según explicó ayer el director de la institución, Guennadiy Popov, en el "monasterio en el que vivió y murió el artista", que nació en torno al año 1360 y murió aproximadamente en 1430.

"Hemos traído iconos desde finales del siglo XV hasta principios del XIX, a lo largo de los cuales podemos ver cómo ha cambiado el arte ruso en esos años", puntualizó el director de una institución que atesora 15.000 obras de arte, con mayor valor si cabe si se tiene en cuenta que "gran parte de la herencia creativa de Rusia se ha perdido" durante la etapa soviética.

El icono, la apuesta de Bizancio por la imagen como objeto de adoración, sufrió una evolución en Rusia, aunque a un ritmo más lento. La apuesta por el realismo que supuso el Renacimiento no llegó al enorme país del norte hasta casi entrado el siglo XVIII, cuando Pedro I el Grande lo incorporó por "imposición administrativa".

Los pintores de iconos eran anónimos, "no firmaban porque Dios guiaba sus manos", según explicó la comisaria Oksana Smirnova. Pese a ello, el nombre de los grandes artistas ha llegado hasta hoy. En la muestra destaca el icono de La vida del mártir San Jorge, del siglo XV, o las tres piezas finales del XVII que pintaron los hermanos Potapov.

<i>Entrada de Jesús en Jerusalén</i>, de los hermanos Potapov, en la exposición <i>Rusia sagrada. Iconos del Museo Rublev de Moscú</i>.
Entrada de Jesús en Jerusalén, de los hermanos Potapov, en la exposición Rusia sagrada. Iconos del Museo Rublev de Moscú.JESÚS CÍSCAR

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