Deuda autonómica
El gobernador del Banco de España abrió la caja de Pandora. Expresó su preocupación por las cuentas públicas de las comunidades autónomas (CC AA). Su temor estaba justificado: el endeudamiento autonómico crece a una tasa muy por encima del que alcanzan tanto la Administración central como la local. Y, sobre todo, porque las perspectivas son de continuar aumentando el desequilibrio. En el Boletín del Banco de España se plasman lo datos: la tasa interanual del endeudamiento de las CC AA ha sido del 26,5%, por el 18,1% de la Administración central y del 11,4% de las corporaciones locales. Ello hace que el total del endeudamiento sea el 9,9 % del PIB y el 17,4% del total de la deuda pública de España.
El endeudamiento y la carga financiera de las comunidades autónomas está empeorando y es insostenible a largo plazo
Las primeras reacciones no deben tardar en llegar. Las CC AA tienen que presentar unos presupuestos recortados y ajustados. Ahora miraremos con lupa, teniendo en cuenta el refránde "ver la paja en ojo ajeno, y no la viga en el propio". Porque la situación no es buena para ninguna administración y son necesarias medidas de ajuste y reformas. Asimismo, los mercados no solo penalizan al Estado, sino también a las CC AA. Las agencias de rating, Standard&Poors, Moody's y Fitch, adoptaron recientemente decisiones para reducir los niveles de calificación de la mayor parte de las autonomías, con lo que las dificultades para acudir a endeudamientos externos se incrementan al tener que pagar más intereses.
La situación es más preocupante cuando observamos que en las proyecciones de los presupuestos para 2011 algunas CC AA ni ajustan ni recortan gasto, sino que se advierten crecimientos del déficit o se mantienen inversiones y subvenciones altamente cuestionadas. La pregunta que nos asalta es: ¿existe responsabilidad de las administraciones autonómicas para conseguir reducir el déficit hasta el 6% en 2011? ¿Existe corresponsabilidad de las administraciones autonómicas y locales para generar la suficiente credibilidad en los mercados financieros? Estas dos preguntas son las que formulaba la oposición al Gobierno en el debate de presupuestos. Por lógica, serán también preguntas que se le formularán al mismo partido en las CC AA donde gobierne.
El asunto no solo es delicado desde la perspectiva coyuntural, sino estratégico a medio y a largo plazo. Reducir el endeudamiento es necesario y recomendable, ya que, de seguir acudiendo a los mercados para financiar el actual modelo de funcionamiento de la economía, podríamos agotar, o al menos limitar, las posibilidades de las líneas de financiación. Y las CCCAA podrían tener que abonar un tipo de interés demasiado alto para no se sabe bien qué destino. En suma, debemos de tener cuidado con las mayores dificultades de financiación.
La segunda reflexión es la que algunos investigadores mencionan en sus trabajos: ¿está desbocado el sistema?. Como es sabido, la financiación autonómica se había ido resolviendo en negociaciones multi y bilaterales sobre la base de acudir a los presupuestos y al amparo de los fondos europeos. Esta doble vía ha finalizado. Ahora toca lealtad institucionalidad y aunar esfuerzos.
Y la tercera reflexión hace referencia a ratios más técnicas. La disparidad del endeudamiento de las CC AA es todavía mayor si se comparan ingresos corrientes o ahorro bruto. En ambos supuestos, el endeudamiento y la carga financiera están empeorando y es insostenible a largo plazo. Por eso, determinadas CC AA buscan ampararse en fórmulas diferentes que tratan de evidenciar sus deudas históricas en exclusivo provecho propio frente a planteamientos del conjunto de las autonomías. ¿Qué se debe exigir? En primer término, lealtad institucional; en segundo, transparencia (esto es, obligatoriedad de hacer liquidaciones para conocer con exactitud los datos y magnitudes de cada CC AA); y, en tercer lugar, cumplimiento de los planes de ajuste.
Galicia muestra, a finales del segundo trimestre de este año, una deuda del 10,1% sobre el PIB; y forma parte de las CC AA más endeudadas, tras Valencia, Cataluña, Baleares y Castilla-La Mancha. Sus esfuerzos han de ser más firmes. Sobre todo, después de ver los datos de las proyecciones demográficas y de los flujos de capital.
En suma, los presupuestos van a poner a prueba la credibilidad de las autonomías. Vamos a pasar de la explosión de la deuda a los recortes presupuestarios. O sea, estamos en un debate de prioridades, de gestión y de realismo.
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