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Crítica:ARTE / Exposiciones
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Palau i Fabre por partida doble

El eminente escritor catalán y, a la vez, uno de los principales especialistas picassianos Josep Palau i Fabre (Barcelona, 1917-Caldes d'Estrac, 2008) terminó sus días frente al mar Mediterráneo que él tanto adoraba, en la flamante fundación que acaba de inaugurar en el pueblo de Caldetes, en la comarca barcelonesa del Maresme. Palau i Fabre creó un museo encantador, bien nutrido con todo lo que tanto él como su padre, Josep Palau Oller, habían acumulado a lo largo de sus respectivas trayectorias. De Josep Palau Oller: miles y miles de bocetos de muebles diseñados por él mismo en su dilatada etapa de decorador, entre los que destacan los de su interesante etapa art déco y funcional, deliciosos diseños de juguetes modernos -que le valdrían la entrada en el IVAM de la mano de Juan Manuel Bonet- y tejidos estampados para textil, además de muchas pinturas propias y un destacado conjunto de cuadros y dibujos de sus amigos Torres-García, Mompou, Gargallo, Casanovas, Nogués o Rebull, inmersas en el noucentisme y que, en el fondo, serían el caldo de cultivo para el joven Palau i Fabre. A las piezas del padre, el hijo añadiría su pletórico y personal mundo, el de la modernidad a ultranza, cocida en los años treinta y desarrollada desde su autoexilio parisiense durante la dilatada posguerra española. Palau i Fabre coleccionó dibujos de Miró, Sunyer, Tàpies, Clavé, Fenosa o Ràfols Casamada, entre otros, generados por sus actividades literarias, además de obras de artistas más jóvenes, que apoyó decididamente, como Barceló o Perejaume. Pero la principal obsesión artística de Palau i Fabre fue Picasso, de quien sería amigo, excelente estudioso, biógrafo favorito y también, dentro de sus posibilidades, buen coleccionista.

Antoni Tàpies

Mira la mà...

Fundación Palau. Carrer Riera, 54

Caldes d'estrac. Barcelona

Hasta el 16 de enero de 2011

Con todo este material, más el potente legado literario del gran poeta y dramaturgo que fue Palau i Fabre, su fundación nació poliédrica. Ahora, pasados siete años desde que la institución abrió sus puertas y tres de la ausencia del poeta, la Fundación Palau se acaba de remodelar de arriba abajo, y se reestrena con un doblete. Por un lado, con la exposición permanente totalmente renovada y ampliada de la mano del crítico literario y biógrafo de Palau i Fabre, Julià Guillamon. Un recorrido temático y ordenado, didáctico y agradable, elegante y cultivado, con grandes aciertos por doquier, que abraza el complejísimo contenido de la fundación y en el que se incluyen adquisiciones recientes, como dibujos de Julio González, además de nuevos dibujos y grabados de Picasso.

Por otro lado, también se inaugura el nuevo espacio dedicado a las exposiciones temporales con una bellísima exposición de dibujos y obra sobre papel de Antoni Tàpies, que ha tenido por comisario a otro pintor, Perejaume, a la vez amigo y admirador de Tàpies y Palau i Fabre. La estupenda serie de 30 dibujos tapianos Mira la mà, realizada al final del siglo XX -en 1998-, es el núcleo central de la exposición, montada por Perejaume de una forma impecable. Le acompañan otros dibujos más recientes, de los años 2007 y 2008, creando un armónico conjunto.

Esta reinauguración por partida doble inyecta savia nueva a la Fundación Palau y marca una línea de calidad que deberían seguir muchos museos e instituciones como esta que, pese al handicap de estar alejada de la capital, ahora brilla con luz propia.

<i>Tres mujeres semidesnudas</i>, dibujo de Julio González.
Tres mujeres semidesnudas, dibujo de Julio González.

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