El Getafe se asoma al abismo
Los de Míchel caen goleados ante el Stuttgart y rozan la eliminación en Europa
Exigido por su pálido expediente europeo y sin margen de error por su pírrica estadística precedente, el Getafe cayó presa de su ansiedad ante un Stuttgart con mucho oficio en otra noche desangelada.
A pesar del ímpetu de Colunga en los primeros compases, pronto se vio que la noche pintaba fea para los de Míchel. A los 25 minutos una inocente pérdida del infalible Boateng fue a parar a los pies de Marica, que soltó un latigazo desde el balcón del área grande que sorprendió a contrapié a toda la defensa azulona y al titubeante Ustari. Fue la metáfora de un partido indescifrable para el Getafe. Incapaz de frenar las acometidas de Boka por la izquierda y con Mané estresado por el irreductible Camoranesi en el flanco diestro. El desasosiego local jugó siempre en contra del criterio y la elaboración del juego. Los alemanes, en cambio, cómodos en el papel de pícaros y sin la presión clasificatoria se dedicaron a alterar el sistema nervioso getafense. Desde el fútbol y desde la refriega. Los ataques del Stuttgart se sucedían sin remisión con Harnik como estilete ante un equipo aturdido. Un remate al palo del delantero alemán selló el dominio de los visitantes en el primer tiempo.
Siempre destemplado, el equipo azulón no descifró el partido y jugó a remolque
Ante semejante panorama y con el equipo al borde del abismo clasificatorio, Míchel tuvo que alterar el guión inicial. El premio para la pujanza de Adrián Sardinero se acabó a los 57 minutos. La carroza, en forma de titularidad, se convirtió en calabaza para el canterano, que fue sustituido por Manu, a priori reservado para la visita del Barcelona. Pero nada surtió efecto. El Getafe siempre estuvo a expensas de los alemanes que viven cada partido de Liga Europa como un idilio para olvidar sus penas en la Bundesliga. Mientras en la competición continental se manejan con soltura y firman una inmaculada hoja de servicios con cuatro victorias en otros tantos partidos, en el trámite doméstico sufren en la antepenúltima plaza.
Los de Míchel intentaban que lo que parecía un punto final para su andadura europea se convirtiera al menos en unos puntos suspensivos. Pero con el partido roto por la premura local en busca del empate, el Stuttgart se dedicó a hurgar en la herida hasta convertir el marcador en una goleada desproporcionada.
Gebhart aprovechó una buena jugada colectiva para marcar a placer ante Ustari y Harnik remató la condena con un gol esperpéntico que retrató la noche. Tras un resbalón, el balón le botó en la cabeza y se coló manso en la portería del Getafe. Siempre destemplado en el partido y en la competición, el equipo azulón se asoma al precipicio con remotas opciones de clasificación.
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