La riqueza de un teatro íntimo
Una compañía abre en Sevilla una sala dedicada a la dramaturgia clásica
Dramaturgos como Eurípides, Antón Chéjov, August Strindberg, Henrik Ibsen, Albert Camus, Tennessee Williams, Arthur Schnitzler, Maurice Maeterlinck, Luigi Pirandello o Eugene Ionesco han escrito algunas de las mejores páginas de la historia de la literatura. Sus personajes, las tramas de sus obras y la belleza de sus textos dan forma a la cultura y el pensamiento occidentales. Una nueva sala de teatro abre sus puertas en Sevilla con el objetivo de estrenar las obras de estos y otros autores.
La sala se llama Teatro Clásico y se ubica en el número 14 de la calle Juan de Vera. Es un recinto pequeño. Está rodeado de tiendas, negocios y talleres. El aforo es de un centenar de butacas. El escenario tiene 48 metros cuadrados. José Luis Sánchez Blanco es el director de la compañía Teatro Clásico de Sevilla, que gestiona la sala. "Ya se sabe que el teatro clásico no atrae a miles y miles de personas, pero hay un público que valora este tipo de obras. El teatro que hacemos es un teatro culto y educativo. Son textos de gran valor literario y dramático. Ese es su atractivo principal", afirma Sánchez Blanco, que nació en Sevilla en 1946. Se fue en su juventud a Inglaterra y estudió arte dramático en Londres, donde luego trabajó como actor y director. En 1980 regresó a Sevilla.
El grupo que gestiona el recinto ofrece obras de Ibsen y Chéjov
"Intentamos llevar al público la intención del autor lo más fielmente posible. Los montajes tienden a ser sencillos desde el punto de vista escenográfico. Es un teatro de fuertes emociones que el público quiere compartir con el actor. Es un teatro íntimo en el que el contacto entre el actor y el espectador es muy cercano. No es el teatro de grandes coliseos. El espectador está prácticamente encima de la acción", explica Sánchez Blanco.
La compañía la forman una veintena de actores. En su mayoría son licenciados de la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla. "Son actores que tienen claro que quieren dedicarse exclusivamente al teatro. Su trabajo en la compañía lo hacen compatible con otras actividades, como dar clase de arte dramático, participar en montajes de ópera, hacer teatro infantil...", detalla Sánchez Blanco.
La Compañía de Teatro Clásico comenzó a funcionar en 1982. Dos años más tarde, estrenó una sala en el barrio de Triana, donde trabajó durante una década. Posteriormente, recaló en una nueva sala en la calle García Ramos. El recinto se declaró en ruina en 2004. "Hasta encontrar este espacio han sido varios años de itinerancia. Llevamos en la calle Juan de Vera año y medio dedicados a restaurar la sala. Antes era una nave industrial. Llevaba ocho años cerrada. Estaba en malísimas condiciones", comenta el director de Teatro Clásico de Sevilla. En los últimos años, la compañía ha actuado en colegios e institutos de Sevilla, Cádiz, Huelva, Córdoba y Málaga. El presupuesto del grupo para la temporada 2010-11 asciende a 160.000 euros (17.000 euros los aporta el Ayuntamiento).
Dos célebres dramaturgos inauguran la sala. El pequeño Eyolf, de Ibsen, podrá verse hasta el 14 de noviembre. La obra comienza a las 20.30. Luego, se representará La cigarra entre las hormigas, de Eugene Labiche, del 16 al 28 de noviembre. Tras estas dos obras, se estrenarán Amor maternal, de Strindberg (30 de noviembre), y La lección, de Ionesco (14 de diciembre).
Las obras del teatro clásico hacen más sabios a los espectadores y los convierten en poseedores de un tesoro acumulado durante siglos. La nueva sala de Sevilla contribuye a esa sabiduría y riqueza con su teatro íntimo y sus palabras desnudas de artificio.
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