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Un tercio de las granjas no supera los parámetro de calidad de la UE para la leche

Algunos ganaderos llegan a cobrar 2,4 céntimos por la excelencia de su producto

La calidad de la leche gallega se premia, de media, con unos 2,42 céntimos el litro. Las primas a las explotaciones que cumplen las exigencias de calidad requeridas por la Unión Europea representan menos del 10% del precio total, 28,25 céntimos por litro en el mes de agosto, el último del que se tienen datos. Este porcentaje, que no saca a las 12.000 granjas lecheras de Galicia del aprieto de no ingresar lo suficiente como para cubrir los costes de producción, choca con algunas de las últimas iniciativas que la Consellería de Medio Rural ha puesto en marcha para aumentar la calidad láctea y, con ella, la competitividad de las explotaciones y los precios percibidos por el ganadero.

La ya ex ministra Elena Espinosa anunciaba hace dos semanas un real decreto que permita establecer contratos homologados entre el ganadero y la empresa que compra la leche, pero no está tan claro qué papel jugarán los gastos en los que incurre el agricultor para producir. Tampoco el de las primas que "premian" la calidad de la leche, y eso que la consellería de Samuel Juárez anunciaba en abril la creación de una marca, galega 100%, que distinguirá a los productores que lo soliciten. El único requisito, pertenecer al Rexistro de Explotacións Leiteiras de Calidade Diferenciada, una suerte de élite que ya incluye a 7.571 granjas de las 12.000 que existen en Galicia. El 63% de las explotaciones cumplen con creces los límites impuestos por la UE en materia de gérmenes y células somáticas, prueba de una infección en las ubres del animal. Si cualquier granja debe mantener a raya ambos parámetros -y no superar los 100.000 gérmenes ni las 400.000 células somáticas por mililitro- para las granjas que forman parte de este registro el límite está en los 90.000 y 350.000, respectivamente.

Pero las últimas llamadas a la calidad de Medio Rural no convencen del todo a sindicatos agrarios, los mismos que pelean desde hace semanas en Madrid por un decreto que favorezca a un sector que pierde 1.000 granjas al año. "La calidad pesa muy poco en el precio final", reconoce Lupe Prado, del Sindicato Labrego Galego (SLG). Durante años, se primó la cantidad producida por encima de la calidad, aún hoy poco rentable. "Un ganadero con 100.000 litros de cuota y leche de calidad, cobra menos que otro con más producción de menor excelencia", explica. La sindicalista se queja también de las condiciones en las que se recogen las muestras que desde hace 20 años analiza el Laboratorio Interprofesional Galego de Análise do Leite, el Ligal, una entidad privada y sin ánimo de lucro en la que tienen representación la industria, las cooperativas y los sindicatos agrarios. En muchas ocasiones son los propios empleados de las industrias los que recogen la leche para analizar. "La manipulación sigue existiendo", dice.

Los boletines del Ligal son viejos conocidos de los ganaderos gallegos, que reciben cada mes un pequeño informe del laboratorio, con sede en Abegondo (A Coruña). Cualquiera de ellos sabe que ingresará un poco más si la leche tiene entre 3,10 y 3,70 gramos de materia grasa por cada 100 mililitros, o que tendrá que descontar una media de 0,05 céntimos en cada litro si los análisis detectan restos de mamitis, una de las enfermedades más frecuentes de las vacas lecheras. Un portavoz del Ligal señala que las incidencias son mínimas. Las más graves, relacionadas con la presencia de residuos de medicamentos en la leche. "Pero si el ganadero respeta los tiempos de espera de los antibióticos, no tendría que haber ningún problema".

El laboratorio analiza, Medio Rural sanciona y las industrias imponen unas primas por cada una de las variables que no siempre se corresponden con los baremos dictados por la Unión Europea. "Algunas industrias no reconocen la prima hasta los 3,20 gramos de grasa y otras incluso descuentan si no se llega a esta cantidad", denuncia Prado.

La disponibilidad de tierras también choca con el pago de calidad: se queja Prado de que las plantas de gestión de biomasa se han vuelto más rentables que las dedicadas a cultivos. "Cualquier ganadero francés tiene más terreno que un gallego. Están libres de transgénicos. Aquí no hay ninguna fábrica de piensos que me pueda ofrecer una mezcla libre de transgénicos. Para cobrar por calidad, habría que empezar por ahí", explica.

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Veinte años de controles

- Doce mil explotaciones. El Ligal analiza las muestras de unas 12.000 granjas, 20 industrias lácteas, 45 queserías y 28 cooperativas de toda Galicia. El trabajo del laboratorio se centra en la composición de la leche: grasas y proteínas, fundamentalmente. Se estudia además la presencia de bacterias, inhibidores, células somáticas y urea y el punto de congelación, gracias al cual se detecta si hay agua añadida.

- Tres niveles de calidad. Existen tres categorías de leche según su calidad batereológica. Solo la de clase A, de menos de 100.000 gérmenes por mililitro, es apta para la venta. Son los restos de medicamentos los que ocasionan más quebraderos de cabeza al ganadero. Si se detectan, la partida se paraliza, se repiten los análisis y se le comunica la incidencia a Medio Rural.

- Las medidas de la exigencia. La cantidad de grasa es uno de los principales índices para medir la calidad de la leche. La media gallega se ha movido en los últimos diez años hacie el extremo superior de los límites impuestos por Europa. En 2009, era de 3,83 gramos por mililitro.

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