Lugo supera por primera vez a Ourense en creación de riqueza

Estuvieron a la par durante casi toda la década, pero el dinamismo empresarial de Lugo, o más bien el menor impulso del tejido industrial ourensano provocaron un vuelco entre los años 2007 y 2008, justo cuando la crisis hacía acto de presencia. La provincia del norte desplazó a la del sur, generó más valor añadido y facturó más. Es lo que se deduce del último Informe Ardán que edita la Zona Franca de Vigo, la mayor radiografía del tejido empresarial que se elabora en Galicia. Los sectores más dinámicos del ascenso lucense fueron, pese a la crisis, la construcción, la generación de electricidad, fabricación de maquinaria y el transporte. La pesca y la industria láctea se colocaron al otro lado de la balanza, un aspecto que no tiene que ver tanto con el momento económico como con la agonía del sector primario.

Los beneficios cayeron un 34% en el primer año de la crisis

Las empresas aumentaron en 2008 un 4% los gastos en personal

Y en los polos industriales pasó un poco lo mismo. A Coruña, como ha venido haciendo en los últimos años, amplió su supremacía frente a Vigo. Según la muestra analizada, con datos del Registro Mercantil de 17.936 pymes y grandes sociedades correspondientes al año 2008, en la provincia del norte se concentran el 39% de las empresas, pero generan la mitad de los ingresos y la mitad del valor añadido (VAB) de la región.

El estudio destaca que el sector de la confección tuvo un comportamiento "absolutamente excepcional", a juzgar por las exportaciones. Es como si la crisis no fuera con Inditex, la matriz de Zara, porque gracias al grupo coruñés en los últimos cinco años Galicia pasó de realizar el 24% de las exportaciones españolas de confección al 34%.

En el lado opuesto, las cifras reflejan que el arranque del colapso económico hizo mucho daño en Vigo, donde se aprecia una caída generalizada de los ingresos. Fue un ejercicio muy negativo para el sector del automóvil, que tuvo que ajustarse a unas menguantes previsiones de producción y exportación de la factoría PSA Peugeot Citroën. En suma, esto provocó que la provincia de Pontevedra, con el 39% de las sociedades de la muestra, generase menos valor añadido (un 34% de toda la comunidad autónoma) y menos ventas.

Hay otras lecturas que no tienen que ver con la división geográfica. Una cuenta de resultados gigante, tan grande como la suma de las que presentaron esas 17.936 mayores empresas que analiza el Informe Ardán, arroja otra conclusión incontestable: el primer año de la crisis barrió los beneficios de ejercicios anteriores. El desplome fue de un 34%, según el ejercicio teórico que realiza el documento. Lo curioso es que las ventas no descendieron al mismo ritmo: entre 2007 y 2008 las firmas registraron unos ingresos de 73.789 millones de euros, lo que significa una caída del 2,7%. Esta disparidad se explica porque, al mismo tiempo, se elevaron la morosidad, los gastos para financiar el día a día y las amortizaciones por compromisos adquiridos en los años de bonanza.

El estudio, que tradicionalmente excluye los datos del sector público, bancos, cajas y seguros, también deja al descubierto que las grandes y medianas empresas gallegas pudieron resistir con cierta dignidad las restricciones financieras que terminaron con el mayor periodo de crecimiento continuado de la economía desde los años 60. Sobre otros parámetros, como los gastos de personal de las empresas, el informe señala que contra el resto de las tendencias negativas, crecieron un 4,85%.

La Zona Franca, que apadrina el estudio, destacó ayer las buenas noticias que arroja: Galicia sigue siendo una comunidad muy exportadora. Realizó el 10% de las ventas al exterior de España pese a que su economía representa el 5% del PIB nacional.