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Una instrucción que implica a agentes de todos los cuerpos

"Aquí todos los clubes tenían un socio policía", revelaba hace un año, en los inicios de la Operación Carioca, una portavoz del colectivo feminista de Lugo Donas de Nós. Meses después, en abril, fuentes vinculadas a la investigación confirmaban que varias testigos, mujeres que habían acudido al Juzgado de Instrucción número 1 para contar lo vivido, estaban recibiendo mensajes a través del móvil del tipo "márchate de Lugo o la poli irá a por ti".

Desde que se produjeron las primeras detenciones de agentes en relación con la trama de tráfico de mujeres, amenazas, blanqueo de dinero, extorsión, tráfico de drogas, revelación de secretos y otros delitos, representantes de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía restaron importancia a los casos por "puntuales". Pero en la prisión de Monterroso continúan un cabo de la Policía Judicial (Guardia Civil), Armando Lorenzo, y un inspector de la Policía Local, ex jefe de la brigada nocturna de Lugo, José Ramón Vázquez Río.

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Además, aunque ahora se hallan en libertad condicional, por la cárcel pasaron un guardia civil retirado, propietario del Volvoreta (uno de los cuatro clubes precintados por la juez Pilar de Lara), y un policía nacional de Lugo destinado en el aeropuerto de Barajas. Y de momento, entre el más de medio centenar de imputados por diversos delitos relacionados con la trama, se hallan otros tres guardias civiles: el subteniente Julio Baquero, el comandante Andrés Velarde, y el teniente coronel José Herrera García-Lora, además del anterior subdelegado del Gobierno en Lugo, Jesús Otero.

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