El director de '300' se infantiliza
Antes de estrenar Sucker punch y revitalizar Superman, Zack Snyder desvela su cara amable en Ga'Hoole, la leyenda de los guardianes, una cinta animada.
Hace escasos días que a Zack Snyder (Wisconsin, 1966) le confirmaron que dirigirá el esperado regreso de Superman, producido por Christopher Nolan: "Muchos amigos míos comiqueros pasan de Superman, pero para mí merece un respeto. Es el superhéroe más importante y mi objetivo es volverle relevante". ¿Un Superman con angustias contemporáneas? "Quizá. No puedo decir nada más".
Una camisa tapa a duras penas los tatuajes en los brazos de Snyder. Está en Londres luchando contra el jet lag para promocionar su último trabajo, que se puede ver desde hoy en España y se presenta como uno de los estrenos más improbables de los últimos tiempos. Snyder, maestro del cine sanguinario y asfixiante, autor de 300 y Watchmen, saca película para todos los públicos. Lo han oído bien.
Se trata de Ga'Hoole, la leyenda de los guardianes, una cinta de animación sobre búhos guerreros, basada en los libros de la saga firmada por Kathryn Lasky. Las lechuzas parlantes han sido creadas por Animal Logic, animadores de los felices pingüinos de Happy feet. ¿Cómo convencer a sus fans, que esperan como agua de mayo esa otra ración de acción violenta y chicas guerreras titulada Sucker punch, que no verá la luz hasta el año que viene?
"Les diría que fueran al IMAX y la vieran en 3D; alucinarán", ametralla Snyder. "Encontrarán bellas imágenes y una historia épica". Su mujer y productora, Deborah, sentada a su lado, interrumpe: "Tiene que ver con tu lenguaje cinematográfico. Hay que fijarse en los cielos, las composiciones, las escenas de acción...". Snyder continúa: "Visualmente, es indudablemente un trabajo mío". Oficialmente, la entusiasta Deborah ayuda a responder a su agotado marido. Pero más bien parece encargada de desviar la conversación hacia los detalles más técnicos del proceso de animación, demasiado espesos para llegar al papel.
Antes de que se le ofreciese el proyecto, Snyder no conocía los quince libros publicados por Lasky. Decidió aceptar el guión y trabajar sobre él como "la película de los sábados" mientras rodaba Watchmen y Sucker punch. Padre de seis hijos de entre 10 y 17 años, el director justifica su decisión alegando que siempre quiso hacer cine de aventuras para toda la familia: "Al máximo nivel, como La guerra de las galaxias o Indiana Jones. Sin dar concesiones ni sacar conclusiones sobre lo que la audiencia quiere. No quería barajar si los niños encontrarían esto o lo otro divertido".
Todo apunta a que las intenciones del cineasta provocaron más de un tira y afloja con Warner: "Al estudio y demás implicados les avisé de que no haría dibujos animados cómicos". Tampoco cedieron a las presiones de atenuar la crueldad de un duelo fratricida. Con todo, tuvo suerte de que las lechuzas no son las más achuchables de las criaturas: "Al contrario que otros pájaros, miran de frente. Su cara es casi alienígena".
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