Una mejor financiación y más visibilidad en el extranjero

Ser campus de excelencia internacional significa tener más dinero, más visibilidad internacional y un sello de prestigio otorgado por el Ministerio de Educación. Más allá de los beneficios de estas instituciones, el ministerio pretende con estas convocatorias -comenzaron en 2009 en el marco de la Estrategia Universidad 2015- las universidades españolas se cuelen en las clasificaciones de prestigio a nivel mundial.

Muchos proyectos se quedaron en el camino. Por ello, la consejera de Educación, Isabel Celaá, se mostraba ayer "feliz porque esta convocatoria demuestra que las tres universidades vascas son de primer nivel. No todas las comunidades autónomas tienen a todas sus universidades hoy aquí". La consejera valoró las tres candidaturas e incidió en declaraciones a EL PAÍS en la calidad de la de la UPV: "No es una agregación de maquillaje, es real y funciona".

El sello de campus de excelencia internacional implica una mayor financiación por parte del ministerio para lograr los objetivos establecidos y reforzar las estructuras ya creadas. Pero también supone un beneficio más: la visibilidad internacional, concepto que se ha convertido en los últimos años en la puerta para marcar diferencia. Internacionalización significa prestigio, por lo que las universidades son valoradas por su capacidad de atraer estudiantes -más allá de los de intercambio- e investigadores internacionales.

La UPV no pasó el primer corte en la convocatoria de 2009. Esta vez, ha logrado superarlo en tercera posición y con el máximo nivel de financiación, 650.000 euros, para llegar a esta segunda fase.

Deusto sí obtuvo una mención de proyecto prometedor en 2009 junto con la Ramón Llull. Mondragon Unibertsitatea se presenta por primera vez este año, con buenas críticas.