El FIT, superviviente de la escena

Esta edición el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (FIT), se rinde homenaje a sí mismo. En realidad, es un homenaje a las artes escénicas en general, al teatro, a la danza, a los títeres, a las obras clásicas, a las apuestas de vanguardia, a los textos de los autores más conocidos y a las creaciones de los nuevos talentos. El FIT cumple 25 años y sopla estas velas tan especiales recordando lo que ha dado de sí este cuarto de siglo y apostando, en plena crisis económica, por seguir trabajando para un largo futuro.

México y Ecuador son los países protagonistas de este año, que cuenta con la participación de compañías de otras siete nacionalidades.

"El FIT es una maratón. Lo sabemos todos los que trabajamos aquí", admite el director del festival, José Bablé, acostumbrado ya a respirar con la lengua fuera y a solucionar inconvenientes imprevistos en las horas previas al comienzo del certamen. Algún problema eléctrico ha incrementado esta vez las habituales dificultades de estos momentos iniciales en el arranque. Pero, como buen corredor de fondo, sabe administrar las fuerzas para llegar vivo al final de la carrera. El FIT es también un poco así y ha resistido todos estos años, pese a los envites de la financiación o a la problemática supervivencia de las compañías teatrales.

El certamen lo abre 'La casa de Bernarda Alba' por las gitanas de El Vacie

El festival eligió ayer para su apertura en el Teatro Falla la particular versión que las gitanas del barrio sevillano de El Vacie han hecho de La casa de Bernarda Alba, de García Lorca. Es una llamativa apuesta, que dirige Pepa Gamboa y que ya ha conseguido atraer muchas miradas por su singularidad creativa. El FIT, que en su programación suele tener algunos espectáculos estrella, ofrecerá en esta edición los montajes de Eva la Yerbabuena o Els Joglars. Pero el festival también presume de haber descubierto auténticas joyas para el público gaditano. Y eso es lo que pretende seguir haciendo. En total, hay 34 espectáculos (46 representaciones) venidas de Argentina, Portugal, Ecuador, Estados Unidos, México, España, Colombia, Costa Rica y Chile.

Hay de todo para elegir. Visitants arrancó esta edición en la plaza de San Antonio con su obra pirotécnica Ruralfoc, inspirada en los trabajos agrícolas, desde el amanecer hasta el atardecer. Teatro Avante, de Estados Unidos, revisa la obra clásica Aire frío, una reflexión sobre el paso del tiempo que ha cumplido 50 años, el doble que el festival que ahora la acoge. Muégano Teatro, de Ecuador, pone en escena Juguete cerca de la violencia, una comedia en la que los payasos ayudan a los hombres e inician una cadena de auxilios. Los portugueses Musicalmente atraerán al público más joven con sus Conciertos para bebés, singular apuesta para crear espectadores del futuro.

El FIT, en sus 25 años, ha sido mucho más que una sucesión de representaciones y en este cumpleaños no podía ser menos. Habrá también actividades paralelas. Una de las más destacadas es el encuentro de mujeres iberoamericanas de las artes escénicas, que celebrarán este año su 14ª reunión. También se ha organizado una escuela de formación y un foro de investigadores teatrales, con lo que se sigue celebrando que el certamen sea punto de encuentro de máximos especialistas.

El presupuesto se ha limitado a 818.000 euros, 60.000 menos que el año pasado, así que se han recortado algunas ofertas. Con todo, hay también exposiciones como la del colombiano Diego Pombo con sus pinturas ultrabarrocas, que se inauguró ayer. Podrá verse también otra muestra dedicada a los carteles del certamen. Además, hay previsto un homenaje a la cantante y actriz Ana Belén.

El festival se ha fijado muchas metas y una de las más inminentes es seguir festejando la pasión teatral con especial fuerza hasta 2012, cuando Cádiz acoja las principales actividades del bicentenario de la Constitución de 1812 y ejerza durante ese año su título de capital iberoamericana de la cultura. Para eso quedan dos años. De momento, el FIT tiene 12 días por delante para homenajearse a sí mismo y al teatro en general con un cuarto de siglo cumplido.