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Funcionarios de la Junta revientan la inauguración de la Plaza de España

Lourdes Lucio

Manuel Chaves y Alfredo Sánchez Monteseirín se llevaron ayer un broncazo tremendo por parte de algo más de un centenar de funcionarios de la Junta de Andalucía, contrarios al decreto de reforma del sector público aprobado por el Gobierno autónomo. Ambos recibieron un inmerecido bofetón cuando ninguno de ellos tiene responsabilidad alguna en las decisiones que emanan del Ejecutivo andaluz. Los trabajadores deslucieron el acto oficial de inauguración de la rehabilitada Plaza de España de Sevilla, tomada por los sevillanos desde primeras horas y cuyas obras de remodelación ha dejado un monumento esplendoroso, sobre todo para aquellos a los que les guste el estilo regionalista del arquitecto Aníbal González. Las barcas volvieron a recorrer la ría, cuyas limpias aguas invitaban al baño.

Los trabajadores no guardaron silencio ante los himnos de España y Andalucía

Los empleados públicos portaban banderas de la UGT y pancartas contrarias al decreto de la Junta. Los que más se hicieron ver fueron los trabajadores de la Agencia Andaluza de Agua contrarios a la fusión de esta con la sociedad mercantil Egmasa. Según ellos, esta unión supondrá pérdidas de derechos adquiridos. "Qué queréis hacer con las obras hidráulicas, ¿dárselas a vuestros amigos de Egmasa?", se leía en uno de los cartelones desplegados.

Los abucheos, pitidos y gritos de "¡fuera, fuera!" arreciaron cuando el vicepresidente tercero y el alcalde de Sevilla se disponían a dirigir unas palabras a los cientos de personas que ayer paseaban boquiabiertas ante la recuperada plaza, icono de la Exposición Iberoamericana de 1929. No se les pudo escuchar prácticamente nada, porque los gritos superaban la potencia de los altavoces. Los trabajadores ni siquiera guardaron silencio cuando sonaron los himnos de España y de Andalucía, interrumpidos con gritos de "Andalucía no se vende", "el Guadalquivir no se privatiza" y "la Junta de Andalucía no se vende". Allí no había nadie del Gobierno andaluz salvo su delegada en Sevilla. Monteseirín leyó el discurso que tenía previsto y que apenas se oyó, mientras que las primeras palabras de Chaves fueron dirigidas hacia los funcionarios, a los que mostró su "respeto" por sus reclamaciones. Acabó enseguida sin leer lo que llevaba preparado. "Sevillanos, enhorabuena y a disfrutar", zanjó.

Minutos después y ya a resguardo del vocerío en la sede de la delegación del Gobierno, Chaves aseguró que los trabajadores habían elegido "el peor día" para hacer oír sus propuestas, lo que en su opinión restaba "legitimidad y credibilidad a sus reivindicaciones". La familia de Aníbal González también lamentó los abucheos porque "no eran el momento".

Monteseirín y Chaves (de espaldas), durante el acto de inauguración de la Plaza de España, boicoteado por un grupo de funcionarios.
Monteseirín y Chaves (de espaldas), durante el acto de inauguración de la Plaza de España, boicoteado por un grupo de funcionarios.ALEJANDRO RUESGA
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