Las páginas de la libertad

Entre los legajos que custodian las estanterías del archivo diocesano de Cádiz hay auténticas joyas. "Son perlas de la historia", presume el obispo gaditano, Antonio Ceballos. Varios meses de catalogación de algunos de esos documentos han permitido extraer piezas clave para investigar aún más una etapa esencial de la historia de esta ciudad, cuando fue la sede principal del Gobierno español durante el asedio francés y cuando acogió las reuniones que terminaron por promulgar la Constitución de 1812. Un ejemplar original de esa Carta Magna es uno de esos tesoros descubiertos que serán preparados para convertirlos en los principales atractivos de una exposición que se prepara para el bicentenario que se festejará en 2012.

El recinto de la diócesis guarda más de un millón de documentos

El Consorcio del Bicentenario, donde están agrupadas las diferentes administraciones volcadas en la conmemoración de este episodio histórico, y el Obispado de Cádiz y Ceuta firmaron en abril un convenio por el que se invertían 161.000 euros para revisar y catalogar los más de 7.000 volúmenes, con más de un millón de documentos, que guarda el archivo diocesano. La labor realizada durante estos meses ha permitido sacar a la luz textos, cartas y escritos que no se conocían y que contribuirán al estudio de la época. "Han aparecido peticiones de asuntos políticos al rey Fernando VII desde la Iglesia y misivas a Francisco de Saavedra, el presidente del Consejo de Regencia", explicó ayer el párroco responsable del archivo, Luis Palomino.

De la catalogación se ha encargado la Fundación Forja XXI, que ha contratado a ocho técnicos, un director y un auxiliar para esta labor, que concluirá a finales de año. De momento, ya se han archivado 4.000 de los 7.000 volúmenes. Habrá una siguiente fase para digitalizar todos estos fondos y ponerlos a disposición de los investigadores sin riesgo de que los documentos sufran daños con el uso.

Las estanterías donde ahora se guardan debidamente catalogadas estas piezas fueron visitadas ayer por las autoridades. "Toda esta información será digitalizada y se incorporará a los más de 200.000 documentos ya informatizados con distintas entidades para que cuando termine el bicentenario podamos dejar uno de los legados más importantes al que podrán acceder los ciudadanos para conocer su propia Historia", defendió el presidente del Consorcio y consejero de Gobernación, Luis Pizarro.

El particular joyero del archivo diocesano se abrirá al público en una exposición que se prepara para 2012. Ahí estará un ejemplar original de la Constitución de 1812, textos del obispado de ese año y bandos contra el asedio francés. Los legajos más antiguos son del siglo XVI. "Los de antes fueron destruidos durante el asedio inglés", señala Palomino. La Iglesia guarda, sobre todo, registros de bautismos, escritos de capellanía, actas de tierra, de matrimonios y defunciones. "Aquí hay para hacer más de 300 tesis doctorales", presume el responsable del archivo. No en vano se guardan los números de nacimientos, las relaciones entre personas, los diálogos entre poderes y las causas de las muertes.