Los chiringuitos de la Malva-rosa eliminan sus terrazas irregulares
Los hosteleros acatan la exigencia de Medio Ambiente por la Ley de Costas
Los hosteleros de la playa de la Malva-rosa, en Valencia, empezaron ayer a desmontar parte de sus establecimientos para cumplir con las exigencias del Ministerio de Medio Ambiente. Los chiringuitos ocupaban más espacio del que permite la Ley de Costas, aprobada en 1988, y la Dirección General de Costas, interlocutora de Medio Ambiente, no daba opción: o fuera o fuera.
"Es un sinsentido", lamentaba ayer uno de los afectados en Casa Miralles, "ahora que llega el AVE, nos cierran las terrazas". Eran las 10.30 y los operarios de carpintería y derribo trabajaban ya a destajo: tienen que reducir 11 locales esta semana, eliminar cerramientos de aluminio, radiadores, demoler suelos, quitar toldos y adaptar el sistema eléctrico. El resultado es que los establecimientos perderán un 40 % de sus mesas y un porcentaje parecido de trabajadores. Este cálculo lo dio Miguel Cuenca, presidente de los hosteleros. Cuenca, resignado, lo apuesta todo a cuando negocien con Costas la nueva concesión, la que les permitirá seguir con sus negocios cuando venza la actual, en 2013. Entonces espera recuperar algo de espacio, pues con el que les ha quedado, murmuraba ayer, "poco se puede hacer". Joaquín Mompó, abogado de los hosteleros, confía en reunirse pronto con los representantes del ministerio, aunque asegura que no hay ninguna promesa bajo la mesa. "Confío en mis interlocutores", explicaba ayer, "puede sonar ingenuo, pero confío en su sensatez [en la de Lidia Pérez, jefa de la Demarcación de Costas en Valencia y Alicia Paz, directora general de la Sostenibilidad de la Costa y el Mar]".
Los empresarios quieren recuperar la superficie en las futuras negociaciones
Fuentes de la federación de hostelería matizan que los propietarios han cedido y han retirado las terrazas cubiertas como símbolo de buena fe, pero que cuando discutan la nueva concesión el debate de los metros cuadrados de la terraza debe volver. Lo que tienen desde hoy es, según ellos, inaceptable. Cuando negocien el nuevo permiso, se acordará conjuntamente la concesión del negocio y la licencia para la terraza. Ahí, los hosteleros aspiran a recuperar sus metros cuadrados. La federación ve positivo que ahora se hable de todo en conjunto, no como hasta 2007, en que se estudiaban como asuntos separados. La patronal admite, sin embargo, que negociarlas por separado daría margen de maniobra a los hosteleros: así no tendrían que negociar lo que tienen asegurado, la concesión, junto al motivo de conflicto, las terrazas. Los cruces entre temas tienen más posibilidades de aparecer.
Queda atascado, de momento, el problema de los locales de las playas de Pinedo y El Saler. Se niegan a ceder espacio y han denunciado a Costas: no entienden que ahora las quiten los metros que antes les dieron, alegan.
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