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Necrológica:IN MEMÓRIAM
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Biografía de la voluntad

Juan Cruz

Antes de que abrazara la política, con una voluntad generosa de servicio público, Adán Martín era un profesional de prestigio reconocido en su tierra; pertenecía a una generación que vivió la oscuridad del franquismo y acogió la ilusión de una vida distinta, ya en la democracia. En las islas estas cosas no eran solo elementos del estímulo de la historia, sino mojones importantes para desmontar un pasado políticamente caciquil y abrazar un futuro que rompiera tópicos inútiles, como el de la reinvención machacona y estéril del pleito insular.

En esa marejada potente (la llegada de la democracia) instaló Adán Martín el campamento de sus ilusiones públicas, así que abandonó la profesión y los negocios y se convirtió en un político animado por una voluntad: la modernización de Canarias. En esa voluntariosa apuesta incluyó un elemento imprescindible para entender cómo pudo resistir los terribles embates de la enfermedad que al final le ha vencido.

Más información
Adán Martín Menis, ex presidente de Canarias

La suya era la energía del entusiasmo. Sabía que su tierra, la nuestra, padece desde hace años, casi siglos, un déficit tremendo de autoestima, del que somos conscientes solo a veces. Con su voluntad de juntar y no dispersar esfuerzos, como presidente del Cabildo de Tenerife y después de Canarias, expresó, con palabras y hechos, que esa autoestima dependía de nosotros mismos, los isleños, de un esfuerzo bien coordinado para juntar voluntades en pos de un objetivo común: arrancarle a las islas el espíritu de la división permanente y dar paso a una verdadera región, un archipiélago mejor comunicado y bien avenido.

No fue en vano su esfuerzo; tan solo algunos utópicos de la nada siguen creyendo que dividiendo las islas gana una u otra de las grandes. Pero la mayoría ya cree lo que afirmaba la ilusión política de Adán: solo es posible Canarias como una autonomía fuerte y cohesionada, una sola tierra dispersa sobre el mismo mar. Ahora que él ha muerto, ese espíritu que dejó sigue dando frutos, y que los dé es el mejor homenaje que los isleños de cada una de las siete islas (más Lobos, más La Graciosa) debemos a la buena memoria que deja atrás Adán Martín.

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