Los Hermanos Musulmanes deciden presentarse a las legislativas egipcias
El diplomático El Baradei ve naufragar su propuesta de boicotear los comicios
Se acabó la unidad. El espejismo de una oposición consolidada en un frente común para luchar contra el sistema piramidal de Gobierno egipcio (con el octogenario Hosni Mubarak a la cabeza desde hace 30 años) parece resquebrajarse día tras día. Este fin de semana han sido los Hermanos Musulmanes los que, al anunciar que concurrirán a las elecciones parlamentarias de noviembre, han abierto un poco más la costura que Mohamed el Baradei cose desde su regreso a El Cairo a principios de año. El ex responsable del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), y premio Nobel de la Paz en 2005, ha encabezado un movimiento que exige cambios políticos en Egipto y en los últimos meses había pedido a la oposición que no respalde unas elecciones que "van en contra de la voluntad nacional". El Baradei ha logrado el apoyo del partido Ghad (Mañana), de Ayman Nour, mientras otros pesos pesados como el liberal conservador Wafd, el izquierdista Tagammu o El Nasseri ya han anunciado que participarán.
El anuncio de los Hermanos Musulmanes (HM), la fuerza opositora mayoritaria en Egipto, con casi un quinto de los escaños del Congreso, supone un duro revés para el diplomático. El 98% de los miembros del Consejo Consultivo, el órgano legislativo de la Hermandad, respaldó la decisión de participar en las elecciones parlamentarias de noviembre con un número igual al 30% de los escaños de la Cámara baja, según anunció el sábado en rueda de prensa el líder del grupo, Mohamed Badia. "Boicotear las elecciones es el camino equivocado para luchar contra la corrupción", señalaba la semana pasada el parlamentario y miembro preeminente del partido Saad el Husseini. "No debemos dejar campo abierto al régimen corrupto en ausencia de una oposición verdadera", concluía.
Los Hermanos, que asientan sus bases ideológicas en el islam, están prohibidos como grupo político desde 1954, pero se presentan a las elecciones como independientes. En esta ocasión tendrán sin embargo que enfrentarse a una reforma de la Constitución acometida en 2007 en la que se recoge la prohibición explícita de mezclar religión y política, por lo que algunos analistas auguran un descenso significativo en el número de escaños que obtendrán el mes próximo.
Las elecciones parlamentarias llegan un año antes de las elecciones presidenciales, previstas para finales de 2011, y en medio de un caldeado ambiente político. El presidente Hosni Mubarak no ha anunciado si concurrirá como candidato y los rumores sobre su salud y un posible intento de preparar el traspaso de poder a su hijo menor, Gamal, han aglutinado a la oposición y lanzado a la calle a la desencantada sociedad civil. En eso justifican los Hermanos Musulmanes su decisión, ya que, según Mohamed Badia, el pueblo "debe hacer uso de sus derechos constitucionales y legales para hacer frente a los corruptos y evitar que estos se adueñen de la escena política sin rendir cuentas".
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