Aventura excepcional

Acudir al Teatro Chéjov o Teatro de Cámara, una pequeña sala de Lavapiés (San Cosme y San Damián, 3), es mucho más que ir a ver un espectáculo. Es ir a participar de una aventura excepcional, desconocida entre el gran público y altamente prestigiada en el mundo teatral. Es la aventura vital de Ángel Gutiérrez, un asturiano llevado de pequeño a Rusia, entre aquellos niños que la República sacó del horror de la guerra. Y en Rusia fue discípulo de los más grandes del teatro soviético que mamaron directamente de Stanivslaski, y se convirtió en un importante hombre de escena.

Allí, que no aquí (capaces serán de darle póstumamente el Premio Nacional de Teatro), se le premia y se le reclama constantemente. Por ejemplo con el espectáculo que ahora representa, La novia, último y sorprendente texto de Chéjov, autor al que Gutiérrez vuelve una y otra vez. Un montaje, de su repertorio, con el que se pasea con éxito por festivales rusos, este año del 150 aniversario del autor. Una historia simple, la de una chica que ante la inminencia de su boda se plantea si el futuro que le espera es el que quiere, interpretada magistralmente por María Muñoz, Chema Coloma y Consuelo Montoya. De verdad, una experiencia única que posibilita ver grandísimo teatro con pequeñísimos medios.