_
_
_
_

Millones de euros para la ciencia gallega

Una beca europea subvenciona dos proyectos universitarios

Pablo Linde

En Vigo, un súper ordenador no para de analizar datos. En Santiago, un equipo de alta tecnología está a punto de ponerse en marcha para conseguir una fina capa de átomos de óxido. El primero lee sin parar muestras de genoma para desentrañar misterios de la evolución de los seres humanos. El segundo tiene como objetivo crear conductores de energía que maximicen el rendimiento sin perder calor. El uno y la otra tienen varias cosas en común. Para empezar, su precio: unos 200.000 euros. Y para seguir, que ninguno de los dos podrían ponerse en marcha si no fuese por dos investigadores de universidades gallegas que han conseguido una Startin Grant, que financia proyectos con hasta 1,5 millones de euros.

Posada estudia desde hace dos años la evolución a través del genoma
Rivadulla pretende fabricar sistemas que aprovechen mejor la energía

Las becas Starting Grant, que concede del Consejo de Investigación Europeo, subvencionan proyectos ambiciosos "arriesgados, originales y con beneficios potenciales grandes", según explica Francisco Rivadulla, investigador de la Universidad de Santiago que consiguió hacerse con una en la última convocatoria. Con el dinero está formando su equipo de investigadores y adquiriendo los aparatos, entre ellos ese equipo para fabricar materiales que conduzcan bien la corriente eléctrica y mal el calor.

¿Para qué sirve tal cosa? Para aprovechar al máximo la energía. Los transmisores eléctricos suelen desperdiciar buena parte de ella en forma de calor. Si se consigue minimizar esta pérdida, se podrán hacer materiales mucho más eficientes que pueden servir para decenas de maquinarias y electrodomésticos. Rivadulla pone un ejemplo de la utilidad que puede llegar a tener su investigación si llega a buen puerto: "Muchos procesadores de ordenadores se refrigeran con dispositivos termoelécticos. Se está invirtiendo mucho dinero en esta tecnología porque empieza a ser un límite para el avance tecnológico la incapacidad de disipar el calor de los dispositivos actuales".

Es decir, simplificando mucho, el sistema que trata de fabricar podría servir en el futuro como base para aumentar la potencia de los ordenadores. Precisamente, pontencia de computación es lo que necesita David Posada, de la Facultad de Biología de la Universidad de Vigo. Como Rivadulla, hace dos años, en su primera edición consiguió una Starting Grant, una beca que sólo reciben un 10% de los más de 2.000 proyectos que se presentan cada año.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Posada necesita esta computación para analizar ADN y descubrir cómo han evolucionado las especies a través de sus genes. Según dice, no hay ordenador en el mundo capaz de hacer este trabajo en "un tiempo razonable". Para eso tiene interconectados varios equipos potentísimos, que aún así necesitan meses para leer toda la información que necesita Posada para su investigación.

"Cada genoma es un libro con millones de letras y tenemos que ver qué capitulos faltan o cuáles cambian", explica didácticamente. El humano tiene 3.000 millones, lo que equivaldría a 1.500 Quijotes.

Si la investigación termoeléctrica de Rivadulla puede emplearse para mejorar el aprovechamiento de energía, la de Posada "no sirve para nada", según responde con cierta sorna. "No todas las investigaciones científicas deben tener una utilidad práctica. Vamos a mirar hacia atrás cientos de millones de años viendo los genomas, sus mecanismos. Esto va a ayudar a entender la biología. En un futuro quizás se pueda utilizar para avanzar en medicina, pero eso ya no nos corresponderá a nosotros", matiza.

Al preguntarle a ambos investigadores si se sienten unos privilegiados con tal presupuesto para sus proyectos teniendo en cuenta lo apretada que está la cosa en el mundo de la ciencia, lo primero que esbozan es una crítica hacia cómo está montado el sistema. "El problema no es que haya poco dinero, sino que se reparte muy mal. No puede haber café para todos", dice Posada, que añade: "Más que afortunado siento mucha presión y responsabilidad". "Mi investigación sería impensable con una beca del ministerio, no digamos de la Xunta", dice Rivadulla, que se apresura a aclarar que en los cinco años que dura la investigación sostenida por la Starting Grant, "sólo se puede abrir un camino". "No vamos a poner ninguna patente en el mercado, si después de cinco años soy capaz de identificar un sistema prometedor, me doy con un canto en los dientes".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_