Las centrales de Meirama y As Pontes sufrirán un parón al menos hasta 2011
Los alcaldes socialistas de ambas localidades también recurrirán el decreto
Las centrales térmicas gallegas no cerrarán, pero funcionarán con respiración asistida, al menos hasta 2011. Será una situación momentánea hasta que se recupere la demanda eléctrica, que, según el Gobierno central, bastaría para mantener en funcionamiento las plantas de As Pontes y Meirama. Es el mensaje que transmitió el Ministerio de Industria a las comarcas gallegas afectadas por el decreto del carbón. No habrá compensaciones económicas ni medidas correctoras ni mínimos técnicos de operatividad. Industria argumenta que el impacto del decreto será bajo. Sostienen que "no es más que un mecanismo de emergencia" que entrará en funcionamiento "solo en determinadas circunstancias" para garantizar que el carbón nacional entra en la cadena de producción eléctrica.
Las movilizaciones continuarán los próximos días en las dos comarcas
En lo que resta de año, y de acuerdo al polémico reglamento, el Gobierno priorizará la quema de mineral autóctono para dar salida al gran stock de carbón acumulado (18 millones de toneladas) y aliviar la situación de las cuencas mineras. Esperan quemar cuatro millones de toneladas del fósil almacenado antes de enero, en "una primera fase". En la práctica, esto desplaza a las plantas de As Pontes y Meirama, que emplean carbón importado tras agotar sus minas. Será un parón obligado. Deberán ralentizar su actividad unos meses, y su viabilidad futura se basa en las "expectativas optimistas" del Gobierno central para la recuperación de la demanda eléctrica, según fuentes próximas al Ejecutivo socialista.
La dilatada reunión que mantuvieron anteayer los alcaldes socialistas de As Pontes y Cerceda con el secretario de Estado de Energía en Madrid no ha disipado los temores. Todo lo contrario. Las comarcas de Cerceda y As Pontes bullían ayer con reacciones en todos los frentes, político, sindical y social, además de la vía jurídica, que ya exploran las tres grandes eléctricas -Endesa, Fenosa e Iberdrola-, que han recurrido ante el Supremo. La Xunta, la CIG y los dos ayuntamientos afectados (con alcaldes socialistas) también acudirán a los tribunales. El conselleiro de Industria, Javier Guerra, insistió en que buscará la suspensión del decreto "con toda la fuerza jurídica" ante los tribunales españoles y europeos.
Los alcaldes de As Pontes y Cerceda anunciaron que se suman a las acciones legales a fin de paralizar la aplicación del decreto. "Vamos a defender a muerte los intereses de nuestros pueblos", manifestó Valentín Formoso, regidor pontés. "Fue una decepción que no plantearan ni una medida", aseguró José García Liñares, alcalde de Cerceda. "No cierran, pero su funcionamiento será artificial. ¿Cómo mantendrán las plantillas si el impacto es más alto de lo previsto?", se pregunta. El empleo es ahora su principal preocupación. Los regidores exigen a Industria que medie para fijar una reunión en pocos días con Endesa y Fenosa. Quieren garantías para la plantilla directa y auxiliar de las dos centrales.
La ambigua respuesta del Gobierno también ha disgustado a los trabajadores de las térmicas. El comité de Meirama prepara movilizaciones para la próxima semana, junto al Gobierno de Cerceda. "Ni el Ministerio ni la Xunta ni la empresa nos han explicado nada, pero aquí no sobra nadie", advierte su presidente, Bautista Vega, de la CIG. En As Pontes, donde el comité se reunirá el jueves 14 con la dirección, Miguel López, de UGT, dice que la situación es "preocupante" con la planta a medio gas. "Esto es una cadena, si paramos la central, para todo" resume.
Los 130 camioneros ponteses que trasladan el mineral del puerto a la térmica seguirán encerrados en el ayuntamiento. La localidad vivió ayer una nueva manifestación convocada por la Plataforma en Defensa da Producción Eléctrica, que integran BNG, CIG y USTG. A la marcha asistieron unas 1.500 personas, según la policía local, entre ellas, el líder del BNG, Guillerme Vázquez.
Un año a medio gas
El nuevo parón de las dos térmicas gallegas se suma al que arrastran desde el pasado año. La crisis, la lluvia y el viento rebajaron en más de la mitad la producción eléctrica de As Pontes y Meirama en 2009. La planta pontesa, la más grande y eficiente de España, funcionó al 47% de su capacidad y Meirama, al 33%, según Industria. 2010 también fue un mal año para las térmicas y muy bueno para las energías renovables en Galicia (eólica e hidraúlica). En los últimos nueve meses, la planta de Cerceda operó 63 días (11%) y As Pontes funcionó a medio gas (47%), con dos de sus cuatro grupos térmicos apagados.
En la térmica de As Pontes (1.400 megavatios) trabajan 503 operarios, 160 de auxiliares y otros 163 en transporte y estiba, según fuentes sindicales. La planta de Fenosa en Meirama (560 megavatios) emplea a 137 personas y otras 10 de auxiliares. Ambas generan centenares de empleos en suministros, mantenimiento, mecánica y hostelería. La Xunta contabiliza 3.500 puestos directos e indirectos.
El Gobierno, que tiene la última palabra sobre el cierre de las, asegura que "jamás emitiría" la autorización para clausurarlas.
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