Parejo desarbola al Hércules
El medio dirige la goleada del Getafe a un rival inconsistente
Buscaban los de Míchel resarcirse tras el patinazo europeo ante el Young Boys y su predisposición recuperó los niveles de sus mejores días. Y para liderar la reivindicación, nadie mejor que Parejo. Un futbolista de una pieza. Con matices excelsos. De los que juega y hace jugar, de esos que conocen los recovecos de la genialidad. Siempre bajo sospecha por su porte indolente y sus tardes irregulares, metáfora de la trayectoria de su equipo, Parejo desmintió a sus críticos y gobernó el partido de costa a costa con clase y determinación. Lanzó un trallazo al larguero, simuló un penalti, sacó faltas y córners, marcó el primer gol y asistió a Manu para que lograra el segundo. Lo hizo todo y casi todo bien.
GETAFE 3 - HÉRCULES 0
Getafe: Codina; Torres (Pintos, m. 46), Cata, Marcano, Mané; V. Sánchez, Boateng; Pedro Ríos, Parejo, Manu (Albín, m. 84); y Colunga (Miku, m. 78). No utilizados: Ustari; Mosquera y Borja.
Hércules: Calatayud; Cortés, A. Paz, Pamarot, Peña; A. Aguilar, Fritzler; Kiko Femenía (Tote, m. 65), T. Gomes (Valdez, m. 56), Drenthe (Sendoa, m. 74); y Trezeguet. No utilizados: Velthuizen; Rodríguez, Rufete y Portillo.
Goles: 1-0. M. 20. Parejo. 2-0. M. 42. Manu. 3-0. M. 81. Miku.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Abel Aguilar por roja directa (m. 88). Amonestó a Parejo, Cata Díaz, Mané, Cortés, Víctor Sánchez y Pamarot.
11.000 espectadores en el Coliséum.
Con el balón en los pies, los locales acortaban con decisión los trámites hasta la portería de Calatayud. Mientras tanto, el Hércules confiaba su suerte a las carreras de Drenthe, de perfil caótico y alborotado que crispa cada jugada buscando sentirse más importante que útil. Una perturbación en el ecosistema del místico Trezeguet, ayer desaparecido.
Los de Esteban Vigo llegaban con un inmaculado bagaje a domicilio: invictos e imbatidos. Pero ayer, estridentes en su indumentaria e inconsistente en su juego, sucumbieron en la batalla del centro del campo y apenas inquietaron a Codina. En la pizarra de Míchel, tras Borja, Mosquera y Casquero, le tocó el turno a Víctor Sánchez como pareja de Boateng. El ghanés, que gana presencia y jerarquía por momentos, se bastó para marcar el territorio y cerrar el partido.
Ambos equipos se tomaron el segundo tiempo a cuenta de inventario. Un ejercicio de inercia que sirvió para que la parroquia local evaluara el debut del fibroso lateral uruguayo Pintos y Miku redondeara una goleada con nombre propio: Parejo.
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