La inversión deshace posiciones

La Bolsa española ha ofrecido en esta última semana versiones bastante contradictorias sobre la actual coyuntura. Por una parte, cerró el mes de septiembre con una subida del 3,21% en el Ibex 35, con lo que redondeó una ganancia del 13,51% en el tercer trimestre, mientras que, por la otra, termina la semana con un recorte del 2,59% y cuestionando el soporte relativo de los 10.400 puntos.

Las cuestiones de fondo apenas han variado en los últimos días, aunque se ha concretado y cuantificado el problema de Irlanda, con 45.000 millones de euros de ayudas públicas a la banca; Moody's cumplió el protocolo y rebajó la calificación de la deuda española, y la Reserva Federal de Estados Unidos asume que son probables nuevas medidas de estímulo para la economía.

Si el entorno internacional no ha ayudado demasiado en la toma de decisiones, la presentación de los Presupuestos del Estado para el año próximo, muy restrictivos, apuntan a un panorama en el que el movimiento del dinero va a ser tan escaso como lento.

Los analistas insisten en que el Ibex 35 incluso podría mejorar su situación en este último trimestre, a pesar del sombrío panorama económico, basándose en cuestiones tan simples como la ponderación en el Ibex 35 de las cinco o seis sociedades más importantes y la internacionalización de sus negocios. Una parte muy importante de los beneficios de esas cinco o seis empresas procede del exterior, lo que anula la situación de riesgo país para más del 70% del Ibex 35.

Los indicadores económicos conocidos a lo largo de la semana confirman lo incierto del futuro a corto y medio plazo, tanto en Europa como en Estados Unidos. La mayoría de los datos muestran debilidad en el crecimiento, cuando lo hay, por lo que no han sorprendido en absoluto los preparativos de la Reserva Federal para lanzar nuevas medidas de estímulo. En Europa, por el contrario, los planes de ajuste parecen ser la única opción para recuperar las cuentas públicas, lo que parece anticipar un largo periodo de estancamiento para muchos países, entre los que se encuentra España. El dato de actividad manufacturera de la eurozona del mes de septiembre resultó bastante claro, pues mostró un descenso del 53,7%, pero con una abierta división entre países. Alemania, Francia e Italia ofrecen mejoras en la actividad, mientras que Irlanda, España y Grecia ponen la nota negativa.

La contratación en el Mercado Continuo se ha mantenido en niveles razonables, con poca actividad de los grandes inversores y un movimiento creciente entre los pequeños, en buena parte provocado por la creciente volatilidad. El nivel máximo alcanzado en el "mercado abierto" rozó en un par de ocasiones los 2.500 millones de euros, mientras que el mínimo se tocaba al principio de la semana con poco más de 1.500 millones.