Ruido en blanco y negro
Con 65 años el viejo oso canadiense parece encontrarse en un periodo de ebullición creativa. Discos de bajo presupuesto como este, grabado con la ayuda de Daniel Lanois (el título es un juego con el apellido del productor). Lanois, que empezó a ser conocido como mano derecha de Brian Eno en su trabajo con U2, ha cedido su mansión para registrar ocho canciones que son básicamente Neil Young con una guitarra y dos amplis en salas vacías y le ha dejado todo el hueco posible para después incluir efectos tenuemente electrónicos. El resultado es una extraña mezcla de crudeza folk puesta al día, de rock and roll nocturno tan de siempre como experimental. Tiene todo para ser pronto un clásico.
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