Palop sobrevive al invierno
El portero encabeza la resistencia del Sevilla ante el dominio aplastante del Borussia
Llegó el invierno y sorprendió al Sevilla al otro lado del Rin sin víveres ni ropa de abrigo. Las perspectivas de supervivencia eran escasas pero apareció Palop. El portero le dio de comer a su equipo hasta que los días se hicieron más largos. Hasta que Cigarini embocó un rebote. Hasta que el árbitro se puso riguroso y expulsó a Schmelzer. En fin, hasta que Kanouté acudió al rescate y al Borussia se le agotó la energía y aflojó el acoso. Cuando acabó la aventura, el Sevilla había conquistado tres puntos con menos fútbol que suerte en el estreno de Gregorio Manzano en el banquillo.
El negocio del fútbol genera sus preconceptos, su lenguaje, y sus paradigmas. Se suele hablar de técnicos trabajadores, como de equipos trabajados, o de trabajo en general, cuando se quiere definir a los equipos que corren mucho, a los entrenadores que mandan correr, o a los jugadores maratonianos. Más raro es oír hablar de trabajo para explicar a equipos como este Borussia, que, además de tener un método para defender, ha concebido un método para tener la pelota. Eso es lo que hizo durante la primera mitad del partido. Se le arrebató al Sevilla, que no consiguió hilar dos pases seguidos y acabó replegado sobre su área.
BORUSSIA 0 - SEVILLA 1
Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek, Subotic, Hummels, Schmelzer; Bender (Owomoyela, m. 76), Huri Sahin; Blaszczykowski (Lewandowski, m. 76), Kagawa, Grosskreutz (Da Silva, m. 85); y Lucas Barrios.
Sevilla: Palop; Dabo (Escudé, m.65), Alexis, Martín Cáceres, Fernando Navarro; Navas, Cigarini (Kanouté, m. 52), Zokora, Guarantei; Luis Fabiano (Negredo, m. 82) y Perotti.
Gol: 0-1. M. 45. Guarente bota una falta lateral, Hummels despeja forzado y Cigarini empalma en el medio del área.
Árbitro: Leslie Dean (Inglaterra). Expulsó por doble amarilla a Schmelzer (m. 49). Amonestó a Guarente, Grosskreutz, Kanouté, Navarro y Hummels.
Unos 40.000 espectadores en el Signal Iduna Park.
Kagawa es un japonés raro. Es pícaro y tiene pausa. A su alrededor se va gestando el juego del Borussia, con gente como el punta Barrios, el enganche Sahin, o los extremos Lewandowski y Grosskreuz. Todos se mueven, todos buscan la triangulación, todos intercambian posiciones de forma que el campo siempre esté bien ocupado y el balón circula rápido. Sólo cometieron un error: tiraron demasiados centros. La ventaja fue para Cáceres, Alexis y Palop. El portero salvó el mal rato de los primeros 45 minutos, en dos acciones ante Barrios. Dos cabezazos bien dirigidos que lo obligaron a reaccionar y a estirarse a fondo. Luego desbarató dos mano a mano con Kagawa.
Se lució Palop y le brindó a sus compañeros la posibilidad de resarcirse. Cigarini, a la salida de una falta que embarulló a Weldenfeller, lo aprovechó.
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