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TRANSPORTES | La primera huelga general contra Zapatero

Poco transporte y escaso jaleo

Metro, tranvía y autobuses cumplieron los servicios mínimos pactados

El transporte no fue ayer el protagonista de la huelga general. Juan Carlos, servicio mínimo en un centro de salud en Sant Marcel·lí (Valencia), llegó tarde ayer a su puesto de trabajo porque solo circularon uno de cada cuatro metros en Valencia. Y como él muchos más. Los usuarios, o bien se pegaron un madrugón para llegar a la hora o sencillamente renunciaron a moverse. Fue una jornada donde, en general, se cumplieron los servicios mínimos pactados y en la que hubo poco transporte y pocos incidentes.

En Metrovalencia solo salieron el 25% de los trenes habituales. Eso sí, el pasaje diario de dos convoyes se tuvo que apretar en uno a primera hora de la mañana. Los sindicatos cifraron el paro en más del 80% y la Generalitat en el 60%. La impresión general, a falta de cifras oficiales, es que hubo menor afluencia de pasajeros que en un día normal. Incidencias hubo pocas y de escasa entidad. Alguna estación de metro amaneció con la cerradura sellada, pero se desbloqueó con rapidez. Un convoy de la Línea 1, que viajaba sin pasajeros, tuvo que parar ante la presencia en la vía de neumáticos ardiendo.

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En las cocheras de los autobuses de la EMT, un piquete de unas 50 personas comprobaba que los vehículos que salían a cumplir el servicio correspondían a los mínimos. En total circularon un centenar a lo largo del día. Esto retrasó la salida de los autobuses hasta media hora. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, denunció que varios vehículos del servicio nocturno, sin pasajeros, volvieron a la cochera tras recibir alguna pedrada.

El puerto de Valencia, por el que transitan cada día de 1.500 a 2.000 camiones, no registró apenas actividad. También en el aeropuerto de Manises se redujo notablemente la actividad.

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En Renfe funcionaron 86 de las 380 circulaciones habituales en las Cercanías de Valencia y Castellón. Y en Alicante, el aeropuerto de L'Altet culminó la jornada de huelga general con un volumen de tráfico por encima de los mínimos. A las dos de la tarde, se habían operado 58 del total de 82 vuelos programados. La mayoría de los vuelos afectados por el paro fueron los internacionales. El resto de la actividad del aeródromo más afectada fue la de las tiendas y restaurantes de las áreas comerciales, cuyos locales optaron por bajar la persiana, bien por iniciativa propia o cuando hacían acto de presencia los piquetes.

El servicio de autobuses y el TRAM de Alicante cumplieron a rajatabla los mínimos. Así, tanto en la capital, como en resto de ciudades destacadas de la provincia, los únicos autobuses que transitaban lo hacían con un visible cartel en la luna delantera con la leyenda de servicios mínimos, y con otro elemento común: la mayoría circulaban semivacíos.

En Castellón, el puerto fue uno de los puntos en los que la huelga general fue más notable. El paro de los estibadores redujo la actividad al mínimo. Por la mañana, solo un barco, ya descargado, permaneció en el muelle de la cerámica, mientras que la circulación de camiones fue casi nula. El transporte de viajeros funcionó con normalidad y la tónica general fue el descenso en el número de usuarios, hecho que se produjo de idéntica forma en el transporte público de autobuses y el tranvía.

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