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ENTREVISTA AL SECRETARIO GENERAL DEL PSdeG

Vázquez planteará su proclamación como candidato tras las municipales

El líder socialista llama al centro izquierda a aliarse "para echar al PP"

El secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez (Carballiño, 1954), siembra su discurso de pistas que revelan cierta tensión con la dirección federal de su partido. Firme en su crítica a Feijóo, Vázquez adelanta que, pasadas las municipales, será la hora de elegir a la persona que le discuta la presidencia de la Xunta en 2013. Está dispuesto a asumir esa responsabilidad.

Pregunta. ¿Satisfecho con el proceso de elección de candidatos para las municipales?

Respuesta. Yo lo que valoro es que ha habido un proceso, cosa que el PP no tuvo. Y ese proceso, curiosamente, te refuerza. Porque no hay un dedo único que lo marca todo, sino que delegas una responsabilidad en los compañeros, en cada ejecutiva. Este proceso refuerza a los candidatos.

"Espero que no le demos una excusa al transfuguismo en Benidorm"
"El pacto por el territorio lo volatilizó Feijóo, fuimos ingenuos"
"Es el momento de una alianza del centro izquierda para echar a Feijóo"
"Los 800.000 que no votaron al PP deben elegir: o resignación o batalla"

P. ¿Es justo que sus alcaldes y concejales puedan estar en el Congreso o en el Senado, pero no en el Parlamento gallego?

R. No van a estar ni en el Congreso ni en el Senado. Esta es una decisión que toma esta organización política, que pasa por diversos períodos. En la política gallega ya lo resolvimos, y en las próximas generales nadie va a ser diputado ni senador al tiempo que alcalde o concejal. Es más, me parece que el PP se equivoca. Tres de sus candidatos a las grandes ciudades van a optar desde el Parlamento. Es una muestra de falta de confianza en la política local y de inseguridad.

P. ¿No teme el malestar que eso pueda generar? Algunos diputados creen que podrían reforzar las listas en sus pueblos o ciudades, aunque sea en un puesto secundario.

R. Yo creo que es legítimo que todos queramos reforzarlas, pero tenemos que creer en nuestra organización, abrirle espacios a la gente que viene de abajo y explicar, en un momento de paro brutal, que nadie va a ocupar dos puestos. No es una ocurrencia: está avalado por el 93% de la militancia en el Congreso de Pontevedra. Y lo voy a hacer.

P. ¿Supondrán las municipales un cambio profundo en el grupo parlamentario?

R. Va a depender. Tenemos gente muy fuerte en el grupo que en términos electorales son muy apetecibles para reforzar listas. Nunca va a haber un impedimento, pero siempre tomando una decisión: o aquí o allí.

P. El otro día, Feijóo equiparó el transfuguismo con pactos como el del bipartito.

R. Feijóo es el presidente del transfuguismo. Desde que llega él se dispara, eso es un hecho científico. Lo único que va a buscar es a ver a quién le echa la culpa.P. ¿Cree entonces que Feijóo ya ha decidido incluir a tránsfugas en las listas del PP?

R. Sí. Feijóo es el que apoya a Louzán, que compra las voluntades con dinero de la Diputación de Pontevedra. Y es el que apoya a Baltar. Feijóo es el padre del transfuguismo gallego. Diga lo que diga, va a llevar a los tránsfugas en sus listas, porque si no lo hace pierde las diputaciones. Ellos no optaron por primarias, sino por comprar con dinero público las voluntades políticas que le hacen falta para ver si le salen los números. Ese es el Feijóo que conozco, que no me merece crédito alguno. Decía el otro día que quería someterse a la máquina de la verdad. La revienta, salta por los aires.

P. Si el PSOE integra finalmente en su lista de Benidorm al alcalde tránsfuga, se lo va a poner a usted muy difícil.

R. Yo espero firmemente que no le demos ninguna excusa. Y en mis responsables yo no se la voy a dar. Nunca se pueden poner ejemplos de cómo se hacen mal las cosas, sino de cómo hacerlas bien. Los ciudadanos tienen que apoyar que nadie juegue con sus intereses y con sus votos. Feijóo va a incluir tránsfugas con excusa o sin ella, pero nosotros no somos ellos, somos distintos, y no podemos estar diciendo una cosa y la contraria. Para mí Feijóo y transfuguismo son sinónimos. Con personas interpuestas, pero sinónimos.

P. ¿Cree que la ejecutiva federal respeta al PSdeG?

R. La ejecutiva federal respetó siempre a Galicia. Es más, la apreciación en España es que trabaja demasiado por Galicia, porque tenemos tres ministros, y cuatro cuando estaba César Antonio. El peso del socialismo gallego en Madrid es total. Otra cosa es que haya elementos puntuales en los que estemos disgustados con algunas actuaciones de nuestro Gobierno, que no hay por qué ocultarlo. No fue la página más brillante el modelo de debate de la transferencia de Tráfico. Tenemos bien enfocado el problema de la leche, complejo pero en el que estamos trabajando y por fin veo que el Gobierno se está poniendo las pilas. Y tenemos otros asuntos de mucha complejidad, como el decreto del carbón. Yo entiendo perfectamente el calvario de los mineros de Asturias y de Teruel. Y hay que ayudarles, pero no a costa de cerrar las térmicas gallegas. Ese es el debate. Pero hoy, si no hubiese un presidente socialista y un ministro como Pepe Blanco, el AVE no llegaría nunca a Galicia. Con la actual coyuntura económica, nunca.

P. ¿Qué siente un secretario general cuando los argumentos de su portavoz parlamentario son tumbados en el Congreso, como en el caso de Tráfico?

R. No es tanto el negar, porque negarlo es legítimo. Es el modo de negarlo. No acertamos en el planteamiento de la transferencia, y dimos un argumento que es creíble, que es que no tenemos con qué hacernos cargo de la transferencia porque carecemos de Policía Autonómica. Pero mientras yo sea secretario general, nunca renunciaré ni a las transferencias de policía ni a las de Tráfico. Salvo que un día decidan que no las tengan ni Cataluña, ni el País Vasco, ni nadie. Tenemos claro que todos somos iguales en las comunidades autónomas, pero unos somos más iguales que otros, que somos las comunidades históricas. Ahí no puede haber desequilibrios ni agravios comparativos. Me parece muy bien que se transfieran unas cosas o no. Pero que se transfieran para todos o que no se transfieran a nadie.

P. ¿Cómo calcula que le afectará en las municipales la caída de Zapatero en las encuestas?

R. No estamos viviendo el mejor momento en las encuestas con el presidente, pero yo fui elegido alcalde en 1995, en el momento más duro del socialismo gallego. La fortaleza del socialismo en el municipalismo gallego no es flor de un día, llevamos más de 20 años gobernando. Yo creo que el ciudadano sabe lo que está votando, que no es a Zapatero ni a Rajoy, sino un modelo y un alcalde. Son elementos de mucha proximidad en el caso de Galicia.

P. ¿Qué le parece la actitud de Tomás Gómez en el conflicto de Madrid?

R. Cuando se crean escenarios para que pasen cosas, cuando esas cosas ocurren nadie puede extrañarse. Pasa con las primarias. Yo desdramatizaría esa situación. Seguramente se podía haber hecho mejor, pero se está haciendo por el manual. Y hay 12.000 compañeros implicados en unas elecciones, para ganarle a la derecha. Esa es la fuerza de unas primarias. Uno tiene que ser coherente con sus estrategias. Si quiere primarias, no puede pensar que son un lío. No es ningún drama.

P. ¿Debería un líder como Gómez apartarse de la carrera cuando se lo pide Zapatero?

R. Cuando un militante tiene un derecho, nadie puede decirle que no lo ejerza. Otra cosa es si sería mejor qué... Pero yo no me atrevo a pedirle a ningún militante que no se presente a las primarias. Se lo puedo sugerir, pero si dice que se presenta me tengo que callar. Porque si no estoy haciendo trampa. Zapatero hizo lo que tenía que hacer, pero cuando Tomás decide presentarse hay que apartarse y dejar que hablen los militantes.

P. ¿Y qué haría Pachi Vázquez si Zapatero le dijese que el candidato se debe llamar José Blanco o Francisco Caamaño?

R. Le escucharía con mucha atención, y después escucharía a quien tiene que tomar la decisión, que son los socialistas gallegos. Y si coincidieran las dos cosas, bien, y si no, siempre buscaríamos maneras de buscar lo mejor para el partido. En todo caso, yo creo firmemente que los socialistas gallegos, en su momento, vamos a tomar unánimemente una decisión.

P. ¿Y cómo se escucha a los afiliados, con unas primarias?

R. No, no, escuchándolos. Somos 15.000, no 15 millones.

P. ¿Cuál será el momento de plantear ese asunto?

R. Yo creo que hay un momento clave, que es una vez que pasan las municipales. Es cuando pasa el ecuador de la legislatura, y es el momento para definir toda la estrategia de cara a las generales y sobre todo para las autonómicas. Quedarán dos años y el último es electoral. Ahí es cuando la maquinaria tiene que alcanzar el techo de revoluciones para poner la máquina a tope. Estoy convencidísimo de que este Gobierno del PP es batible, de que tenemos oportunidades de volver a ganar. Dependemos de nosotros mismos, y no quedan huecos para líos y para diferencias. Sólo queda un espacio para sumar y lograr el objetivo de volver a gobernar.

P. Con unos buenos resultados en las municipales, ¿pedirá que se le confirme?

R. No va a ser una decisión personal, será compartida y va a tener múltiples variables. Yo nunca daré un paso atrás, pero eso tampoco quiere decir que dé un paso adelante. Este no es un partido que juegue yo solo. Hay que percibir lo que está pasando. Desde luego, voluntad y ganas, todas, pero eso no es suficiente. Uno tiene que saber cuál es el escenario real.

P. Feijóo parece buscar un pacto sobre el gallego al margen del decreto de la enseñanza.

R. Feijóo, como siempre, en el gallego sólo ve su oportunismo electoral. E igual que creyó que maltratando al gallego ganaba rentabilidad electoral, ahora cree que haciéndole carantoñas va a recuperar apoyos. Si quiere consenso, mañana mismo. Primera condición: anular el decreto del gallego. Tiene que recuperar el consenso con el país, con la Real Academia, con el Consello da Cultura, con los partidos, los sindicatos. No vale decir, porque este es un fenómeno: "Tengo consenso". ¿Con quién? Y ojo con lo que está pasando en la enseñanza infantil. El 90% recibirá la educación en castellano, cuando sólo el 60% lo pidió. Sólo el 10% va a recibir una educación en gallego. Cuando esos niños tengan 15 años, no hace falta ser un genio para saber qué escenario lingüístico tiene este país. La política de Feijóo está sentando las bases para que desaparezca el gallego de Galicia.

P. ¿Qué ha sido de otro pacto, el del territorio?

R. Ese lo volatilizó Feijóo. Fue una cierta dosis de ingenuidad por nuestra parte pretender que Feijóo hiciera un pacto por el territorio, con Hernández a la cabeza, liberalizando todo el suelo de la costa... Hicimos lo que teníamos que hacer, buscar un acuerdo por el territorio, pero Feijóo apostó por su modelo, que es la barra libre, y ahí no va a contar con nuestro apoyo. Es una escapada hacia el modelo neoliberal absoluto, para dividir este país en dos grandes grupos: los que pueden y los que no. Para los que pueden vale todo, con tal de que se lo paguen ellos, y para los que no pueden no hay nada. No hay que luchar ya para cambiar el decreto del gallego o el pacto para el territorio, tenemos que aliarnos todo el centro-izquierda de este país para echar a Feijóo y cambiar este Gobierno. El objetivo es que las alrededor de 800.000 personas que votaron a opciones distintas del PP decidamos entre la resignación y la batalla. Hay que plantarle cara, porque la derecha va a aprovechar la crisis para desmantelar el sistema público de este país: educación, sanidad, dependencia. Contra ese modelo sólo cabe una actitud beligerante. Esta es una derecha despiadada en términos sociales, que va a desmantelar sin inmutarse el sistema público. Tenemos que plantarle cara a esta gente.

Pachi Vázquez, durante la entrevista.
Pachi Vázquez, durante la entrevista.ANXO IGLESIAS

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