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Crónica:FÚTBOL | Quinta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Al Valencia le basta medio asalto

Dos goles en los primeros nueve minutos derriban toda la resistencia del Sporting

El Valencia empezó el partido de la quinta jornada como acabó el de la cuarta: arrollando al rival. En este caso a un Sporting que, tres días después de resguardar a un puñado de titulares en el Camp Nou, no se enteró de por donde le llegaban los golpes. Preciado había pronosticado que su equipo iba a estar más metido en el partido que el Valencia, más motivado por la próxima visita del Manchester United en la Liga de Campeones, encuentro para el que Emery había reservado a alguna de sus piezas. Error garrafal. En nueve minutos el Sporting tenía el partido perdido en dos directos del Valencia.

Sin el Guaje Villa, las visitas del conjunto valenciano a El Molinón ya no serán lo mismo en lo emotivo, pero a tenor de lo visto ayer sí en lo futbolístico. Privado de Villa y Silva, Emery parece haber convencido a sus hombres de que pueden ser un equipo grande pese a carecer de grandísimas figuras. Desde luego, como equipo juegan. Un buen bloque defensivo, apuntalado por el sentido táctico de Topal, y un ataque que mezcla muy bien la habilidad de los pequeños con la contundencia de Soldado y Aduriz. Con unas bandas en las que vuelan Pablo y Mata, los dos delanteros son una bendición y una diana ideal para los centros.

SPORTING 0 - VALENCIA 2

Sporting: Juan Pablo; Lora, Botía, Gregory, Canella; Rivera, Eguren (Sergio, m. 78); Luis Morán (Barral, m. 36), De las Cuevas, Diego Castro; y Sangoy (Bilic, m. 68). No utilizados: Cuéllar; Sastre, Iván Hernández y Matabuena.

Valencia: César; Bruno, David Navarro, Ricardo Costa, Jordi Alba; Pablo Hernández, Fernandes, Topal, Mata (Feghouli, m. 70); Soldado y Adúriz (Domínguez, m. 60; Mathieu, m. 79). No utilizados: Moyá; Dealbert, Maduro y Tino Costa.

Goles: 0-1. M. 6. Topal cabecea en el primer palo un córner lanzado por Fernandes. 0-2. M. 9. Centro raso de Mata que remata Soldado desde cerca.

Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Eguren, Gregory, Barral, David Navarro y Soldado.

Unos 21.000 espectadores en El Molinón.

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El 4-4-2 inicial de Emery fue toda una declaración de intenciones. Quería los tres puntos y los quería rápido. El ego del meticuloso entrenador guipuzcoano debió de quedar saciado con los goles y la forma en que llegaron. El primero, salido tanto del laboratorio estratégico como de la bota de Fernandes, que puso el balón en la cabeza de Topal, en el área pequeña, en un saque de esquina. El segundo condensó todas las virtudes de la línea de ataque valencianista: técnica, velocidad y desmarque en el tuya-mía de Pablo y Mata, juntos por una vez en la izquierda, y el centro venenoso del asturiano, imposible para Juan Pablo y sus defensas, un caramelo para Soldado, un nueve con hambre que remató de primeras.

Como carta de presentación, el 0-2 estaba bien. Pero lo mejor del Valencia es que en ningún momento le entró la tentación de especular. Siguió jugando a una velocidad endiablada, dominando todos los registros, lo que dejó al Sporting el duro papel de telonero ante los suyos. Este Valencia se ha vestido con una coraza que recuerda a la solidez de los tiempos pasados.

Preciado tardó 36 minutos en mover ficha. Y, como siempre que se apela a un imposible, recurrió a Barral, el típico delantero que vive en la delgada línea que separa la gloria de la miseria. El tratamiento de choque no hizo efecto hasta el segundo tiempo, en que el Sporting ofreció su versión más racial. En la bota de Barral estuvo el punto de inflexión, cuando en el minuto 57 mandó al poste un remate tras la primera jugada digna de ese nombre de los gijoneses. Al Valencia le bastaba con resistir y seguir abrigado después de sus dos zarpazos del primer tiempo.

El subidón sportinguista aún duró unos minutos más, pero el Valencia, aún sin Albelda, es un equipo lo suficientemente maduro para enfriar los partidos. A la afición sportinguista le quedó el consuelo de un final vibrante, de un toma y daca que no se reflejó en el marcador de milagro, en cualquier caso mucho más estimulante que un arranque revelador de la diferencia entre los dos equipos. El Valencia espera ya el duelo europeo contra el Manchester convencido de su fuerza.

Mehmet Topal marca de cabeza el primer gol del Valencia en Gijón.
Mehmet Topal marca de cabeza el primer gol del Valencia en Gijón.REUTERS

Preciado prefiere no hablar de Mourinho

"Siguiente pregunta", dijo Manuel Preciado. Al técnico del Sporting, recién terminado el partido de ayer, le preguntaron por las declaraciones que José Mourinho hizo el viernes. Preciado hizo una mueca, entre la resignación y el hartazgo. Las palabras del entrenador madridista le señalaban directamente. "Al Barça los equipos le regalan los partidos", dijo Mourinho, señalando el Barcelona-Sporting de la anterior jornada. Mourinho insinuó que el Sporting se reservó jugadores para mejor ocasión, al no alinear como titulares a Diego Castro y De las Cuevas.

Ayer Diego Castro y De las Cuevas volvieron a pegarse a las rayas de El Molinón desde el inicio. Pero a los diez minutos habían recibido dos goles (0-2). "No se puede salir con esa caraja", lamentó Preciado.

Las palabras de Mourinho recorrieron la Liga como un desafío a sus colegas. Preciado sintió que le acusaban de desvirtuar la competición. Emery, el técnico del Valencia, también se dio por aludido: "Nosotros no tenemos equipo B".

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