Con Nilmar es suficiente
Tercera victoria consecutiva del Villarreal ante un Depor sin ataque
Iluminado Nilmar, el Villarreal, sin ser del todo seductor, vence, más que convence. Un nuevo gol del brasileño, el cuarto en cuatro jornadas, derrotó a un Deportivo correcto y sin ataque, un equipo más de esforzados jugadores, tácticamente intachables y justos de talento. Sin alardes y con lo mínimo, el Villarreal venció gracias a Nilmar, finísimo en el arranque de temporada y presente anoche en todas las acciones de ataque del Villarreal, que aún a falta de precisión y continuidad sus múltiples recursos ofensivos le está produciendo rendimientos suficientes, al menos para derrotar a rivales como el Depor.
Aún mermado por las ausencias, el Deportivo no pierde su identidad, el sello distintivo de Miguel Ángel Lotina. Orden y posicionamiento son los principales mandamientos que el técnico vizcaíno impone a sus equipos. Más si enfrente se encuentra un rival como el Villarreal donde reina la imaginación, donde los gestos técnicos de cualquiera de sus actores principales salen a relucir en un instante, en cualquier momento para desesperación ajena.
VILLARREAL 1 - DEPORTIVO 0
Villarreal: Diego López; Ángel, Marchena, Musacchio, Capdevila; Borja Valero (Gonzalo Rodríguez, m 86), Senna, Bruno, Cazorla; Rossi (Cani, m. 82) y Nilmar. No utilizados: Juan Carlos; Catalá, Gonzalo, Jefferson Montero, Marco Ruben y Altidore.
Deportivo: Manu; Laure, Lopo, Colotto, Morel; Juca (Lassad, m. 61), Rubén Pérez; Saúl, Juan Rodríguez, Desmarets (Guardado, m. 74); y Adrián (Dioni, m. 66); Felipe Ramos; Manuel Pablo, Zé Castro y Antonio Tomás.
Gol: 1-0. M. 33. Nilmar, a pase de Ángel.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Marchena, Laure, Borja Valero, Lopo y Saúl.
Unos 12.000 espectadores en El Madrigal.
El problema del conjunto que dirige Juan Carlos Garrido en el principio de esta temporada es la discontinuidad de las acciones en el juego de ataque, previsibles algunas de ellas, suficientes en los dos encuentros precedentes ante el Espanyol y Levante. Cazorla, Borja Valero, Rossi o Nilmar resuelven en un suspiro lo que a otros equipos les cuesta una eternidad. Superada la media hora acertó Nilmar en un remate seco de derecha, en una posición incómoda y escorada, encimado por un defensor deportivista. Un gol de especialista, como lo es Nilmar, internacional brasileño para más señas, que no es poca cosa.
Roto el ejercicio de resistencia, pocos argumentos le quedaron al Deportivo para intentar salvar la situación. Ni con el marcador en contra se destapó el grupo de Lotina, con las líneas bien juntas, ausente Riki, con Adrián como única referencia en ataque, que no es precisamente un consumado especialista. Cuatro goles marcó el delantero asturiano en todo el ejercicio pasado, uno más que Colotto, el otro killer del Depor presente en todas las acciones de ataque a balón parado, la gran esperanza gallega anoche en El Madrigal y en la mayoría de partidos. Con gol se vive bien, sin él tan solo se subsiste. El objetivo del Deportivo es la supervivencia, es lo que hay, no aspira a más.
Con la ventaja, encontró el Villarreal por instantes la cadencia necesaria, con Cazorla omnipresente repartiendo pasteles a derecha e izquierda, bien secundado por un Borja Valero que parece que ha estado en el conjunto amarillo toda la vida. Con todo, la estrechez del marcador provocaba algún picor en la zaga amarilla, no todo lo sincrónica y hermética que requiere la prudencia. Creció por inercia el Depor, la desventaja en el marcador obligaba. Falto de imaginación solicitó Lotina la presencia de Lassad, retrasando a Juan Rodríguez a la posición de pivote, tampoco era cuestión ser aventurero. Contrariamente a su ideario, el Villarreal acabó el partido con cinco defensas y los mismos centrocampistas, para defender el gol de Nilmar que le sitúa ya en los puestos nobles.
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