Blanco: "O Asunción demuestra el fraude o tendrá un problema"

Las declaraciones del ex ministro Antoni Asunción en las que insinuaba un pucherazo en las primarias socialistas para elegir al candidato a la presidencia de la Generalitat Valenciana, de las que quedó apeado, han levantado ampollas en la dirección federal del PSOE. Ayer mismo, el vicesecretario general y ministro de Fomento, José Blanco, advirtió que "o las demuestra o tendrá un problema, porque no todo vale, no todo es gratuito para justificar posiciones que son injustificables".

En declaraciones a la cadena SER, Blanco señaló que el de Asunción no le parece "un comportamiento digno de un socialista" y añadió que "no se puede abandonar la comisión de escrutinio y luego decir que no se hace el escrutinio conforme a lo que él cree que se tiene que hacer".

Asunción no llegó al mínimo de avales exigido (obtuvo 2.926 cuando le hacían falta 3.201) tras serle anulados 320 apoyos bien porque los firmaban personas que no están afiliadas, bien porque se duplicaban con los del otro candidato, el líder del PSPV-PSOE, Jorge Alarte. Este último logró 8.507 avales tras serle anulados 545, la mayor parte de ellos porque correspondían a personas no afiliadas.

La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, también fue muy dura con Asunción al asegurar que sus dudas son "totalmente infundadas" y advertir: "No voy a consentir este tipo de expresiones". La dirigente federal señaló que el partido está siendo "escrupuloso" en todos los procesos de elecciones primarias.

A su vez, la presidenta de la comisión de garantías electorales que hizo el recuento de avales en Valencia, la diputada autonómica Carmen Ninet, mostró su "indignación democrática" por las críticas vertidas por Asunción, de quien dijo que no lo reconoce. Ninet se alineó muchos años en el sector que lideraba el ex ministro dentro del PSPV-PSOE.

La respuesta de Asunción, cuyo equipo abandonó la sede socialista de la calle de Blanqueries la noche del pasado martes por discrepancias sobre el orden en que debían revisarse los avales y envió un escrito a primera hora de la tarde del día siguiente reclamando noticias para volver, fue anunciar que impugnará el resultado del recuento de los avales y calificar de "opiniones personales" las advertencias de Blanco y Pajín.

La reacción de los dirigentes federales del PSOE refleja el nivel de disgusto que la actitud de Asunción, y su gran repercusión mediática, ha causado en el seno del partido. El PP no dudó en aprovecharlas para asegurar ayer, por boca del consejero de Ciudadanía y portavoz parlamentario, Rafael Blasco, gran amigo de Asunción, que las primarias del PSPV-PSOE equivalen a "lío interno y ajuste de cuentas".Con alguna hora menos de sueño que en su rueda de prensa del pasado miércoles, Carmen Ninet, como presidenta de la comisión de garantías electorales, compareció ayer ante los periodistas para detallar el recuento de avales, que declaró 8.507 avales válidos para Jorge Alarte, lo que representa el 39,85% de los 21.345 militantes del PSPV-PSOE, frente a 2.926 de Antoni Asunción, que representan el 13,7%. A Alarte se le anularon 351 avales firmados por no militantes, 58 por duplicidades entre sus propios apoyos y cuatro por otros motivos, A Asunción le fueron invalidados 191 avales firmados por no afiliados, 15 por duplicidad y ocho por otros motivos. A ambos candidatos se las anularon otros 98 avales de personas que habían firmado el apoyo a un aspirante y a otro.

En relación con los avales presentados que no correspondían a afiliados de alta en el PSPV-PSOE, que dejaron su candidatura fuera de las primarias, Asunción hizo ayer una curiosa declaración a Europa Press, al reclamar que se investigue "hasta el final" a aquellas personas que le prestaron su apoyo pero su aval no era válido porque confesó temer que haya habido gente "que se haya dedicado a interferir" y que habría cometido "falsedad documental". "¿Para qué firman un aval si no son del partido?", se preguntó el ex ministro, que sin esos avales no alcanzaba el mínimo exigido para ser candidato.

"Yo no lo reconozco", confesó Ninet tras ofrecer los datos ante una pregunta sobre las denuncias del ex ministro y ex presidente de la Diputación de Valencia. "El Antoni Asunción que yo conocía y del que estaba orgullosa de ser amiga se hubiera quedado al recuento y habría luchado por la validez de sus avales". Sobre las posibles motivaciones de Asunción para adoptar la actitud que ha demostrado, Ninet se negó a decir nada: "Creo en nuestros 21.000 militantes y no hablaré mal de ninguno de ellos".

Las denuncias de Asunción, aparte de generar una dura reacción por parte de la dirección federal del PSOE, suministraron combustible al PP para escarnecer el proceso de primarias, que el secretario regional de los populares, Antonio Clemente, calificó de "esperpento". El dirigente del PP valenciano consideró "muy grave" que Asunción haya llegado a "denunciar pucherazo en el recuento de avales realizado por el partido" y dedujo que el "miedo" de Jorge Alarte a medirse con el ex ministro "ha llevado al líder del PSPV a practicar el juego sucio", Clemente, que insinuó que Alarte puede haberse ofrecido a "cubrir intereses personales en detrimento de los intereses de los ciudadanos" para pedir favores en las primarias, se preguntó si ha "actuado en connivencia con Ferraz, puesto que a nadie se le escapa que ningún mandatario de Madrid abrió la boca durante la recogida de avales y que un observador de la ejecutiva federal estuvo presente en el recuento".

En la misma línea de descalificación, el portavoz parlamentario y consejero de Solidaridad y Ciudadanía, Rafael Blasco, aseguró que las primarias socialistas son "pura retórica que sirve solo para engañar a los pocos que se dejan engañar". Blasco calificó de lamentable el "espectáculo" porque hace un flaco favor a la democracia y añadió que la crisis que las primarias revelan en el PSPV-PSOE "sirve para desprestigiar a la clase política".

A la pregunta de si considera que las primarias desprestigian más a la clase política que la corrupción, que afecta a su partido de una forma notable, el portavoz parlamentario del PP respondió lacónico: "No tengo un metro para medir la corrupción".

Pese a no tener un metro, Blasco sí que arremetió contra el portavoz socialista, Ángel Luna, a raíz de una serie de acusaciones contra él por su etapa de alcalde y sus relaciones con Enrique Ortiz, un empresario al que el propio Luna ha acusado de financiar irregularmente el PP. Blasco dijo que Luna es un "portavoz desautorizado". Y, tras atribuirle una actitud cínica, llegó a asegurar que "ya la gente no aguanta ni tolera que esa misma persona que está reclamando tíquets y facturas de casos mucho menores sea incapaz de aplicarse él mismo la medicina".

A la pregunta de si estaba considerando el caso de los trajes por el que está imputado el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, una cuestión "menor" que la existencia o no de una factura de la reforma hace 13 años de un piso del portavoz socialista, Blasco respondió al periodista: "Eso lo dice usted".