"Volveremos, volveremos..."
La hinchada atlética rememora el doblete de 1996 en la celebración de la Supercopa
"Volveremos, volveremos... / Volveremos a ser campeones como en el 96... ". El mantra que durante los últimos 14 años ha reconfortado y mantenido la esperanza de la afición del Atlético, que en menos que canta un gallo vio cómo el club era intervenido judicialmente, bajaba a Segunda, se pasaba dos añitos y no uno en el infierno y vivía de las rentas del pasado se ha quedado obsoleto. "Conseguir dos títulos en tres meses no es fácil, y si no que nos lo digan a nosotros", reconocía ayer el presidente rojiblanco, Enrique Cerezo, durante los actos de celebración de la Supercopa de Europa. Aunque habían pasado cuatro días desde la final de Montecarlo, a los jugadores les faltó poco para llegar al éxtasis. "Esto es tan bonito, sienta tan bien ganar... ¡Quiero más!", rugía Ujfalusi.
"Campeones por segunda vez, y las que vendrán", dijo Esperanza Aguirre "Dicen que la Liga es cosa de dos; vais a romper el pronóstico", abundó Gallardón
El sentir del defensa checo caló con el mismo entusiasmo en los demás componentes de la plantilla. "Ya está bien de hablar del Pupas y de que el Atlético da una de cal y otra de arena. Hemos demostrado que ya no es así, somos un grupo más equilibrado, nos conocemos mejor y nuestra obligación, como equipo grande, es ganar títulos", refunfuñó cariñoso Forlán. El u-ru-guas-ho fue de largo el más requerido por los miles de hinchas que acudieron a la Almudena, la Comunidad y el Ayuntamiento desde las seis de la tarde. "Gracias a él, a sus goles y a su liderazgo, nos estamos malacostumbrando", asentía Alejandro Gutiérrez, "un hincha de verdad, en las duras y las maduras, y no de los que han salido de debajo de las piedras últimamente", mientras escuchaba respetuosamente al deán de la catedral.
"Vuestra felicidad es la nuestra, pese a tantos avatares nunca os habéis rendido y al final habéis obtenido vuestra recompensa por vía doble", proclamó con tono solemne Antonio Astilleros, después de que las ocho campanas y el carillón del templo dieran la bienvenida a los triunfadores de Mónaco y Hamburgo. La paz que transmitieron sus palabras se desvaneció en cuanto Antonio López, Simão y Forlán, los tres capitanes del Atlético, hicieron la ofrenda floral. "Por favor, un respeto en la casa del Señor! ¡Bájense!", amonestaron varios sacerdotes a la decena de cámaras que se subieron en los bancos para cazar las mejores imágenes.
Así comenzó el segundo baño de multitudes en cien días inolvidables por más que fuese imposible bañarse en la fuente de Neptuno y se notase la ausencia de algunos de los notables de la escuadra del Manzanares. "No están, pero se sienten", expresó Quique Flores, el técnico con el que la entidad ha recobrado la estabilidad tras décadas de turbulencias. Por razones deportivas no estaban Tiago, convocado por Portugal, ni De Gea y Domínguez, con la sub 21. Tampoco Agüero, con Argentina, ni por supuesto Jurado, que se reincorporó ayer a su nuevo equipo, el Schalke 04 -como contrapartida, el club intentó sin éxito echarle el lazo al turco Arda Turan, capitán del Galatasaray, y el Rennes no aceptó los avales por el lateral Fanni- de Gelsenkirchen, hasta donde le acompañó el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín. "Era una oferta muy elevada, al final todos, club y jugador salen ganando, pero le echaremos de menos", dijo Simão en medio de la algarabía que rodeó el encuentro con Esperanza Aguirre.
"Queridos campeones europeos por segunda vez este año, ¡y más que vendrán!", se arrancó la presidenta regional, que se llevó una pitada monumental cuando salió al balcón de la Casa de Correos junto a los jugadores para mostrar la Copa. Madridista confesa, Aguirre, admiradora de De Gea, reconoció a la afición del Atlético "como la mejor del mundo" mientras se saltaba el protocolo y se embutía de buena gana en una camiseta con los colores rojo y blanco. "Le sienta de maravilla", cuchicheaban entre risas, buscando el anonimato, algunos de los integrantes del vestuario.
Con menos bríos, el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón también se puso la zamarra. "¡Que se la ponga, que se la ponga!", casi le obligaron los jugadores cuando la expedición llegó al Consistorio, ya con el sol en el ocaso. "Los que entienden de fútbol dicen que la Liga es cosa de dos, pero estoy convencido de que vais a romper ese pronóstico y nos va a dar más alegrías", les piropeó Gallardón, ajeno al percance que sufrió Reyes. El extremo utrerano se revolvió de dolor cuando sus compañeros se le echaron encima como una melé y le abrieron sin querer los puntos que llevaba en la cabeza tras un choque contra el Sporting. "¡Arrgg, pero sois tontos o qué!", les increpó mientras el doctor Villalón le examinaba.
Dolorido, Reyes se refugió en la parte trasera del autobús camino de la última parada. La más importante. La definitiva. La plaza de Neptuno. "A disfrutar, a disfrutar, que pareció fácil pero no lo fue", resaltaba Quique Flores antes de fundirse en un mar de abrazos. "Falta la bandera, falta la bandera", reclamaban los 5.000 hinchas que rodeaban a la fuente. Otros, más sensibleros si cabe, volvieron a sus orígenes. "Volveremos, volveremos...". Y el Atlético volvió. Vaya si volvió.
Sentimientos en rojo y blanco
DANIEL LÓPEZ, 18 AÑOS: "Es para mí todo, pero todo, todo"
"El Atleti para mí es todo, es todo. Lo es todo para mí. Mi sentimiento, mis ilusiones... Si gana, estoy contento; si pierde, pues me enfado".
TOÑI SÁNCHEZ, 52 AÑOS :"Siempre voy con la cara pintada"
"Al estadio voy siempre con la camiseta, la gorra, la manta, la cara pintada y con mi colgante. Lo malo es que mi marido es del Madrid".
ÁNGEL MARTÍN, 70 AÑOS: "El mejor año fue el del doblete"
"Soy socio desde el 52. Cuando más me gustaba era en los tiempos de Adrián Escudero o Pérez Payá, pero el mejor año fue el del doblete, en el 96".
JOSÉ C. BRENES, 39 AÑOS :"Lo llevo dentro de la sangre"
"Ser del Atleti es algo grande que se lleva dentro de la sangre. Siempre me visto así para las grandes ocasiones. Fui igual a la final de la Copa en Barcelona".
CÉSAR ARANA, 30 AÑOS :"Pedí un día de trabajo por la Copa"
"Es un sentimiento, aunque nací en Perú. Fui socio en Segunda, pero ahora ya no. Me fui a la final de la Copa del Rey en Barcelona y me pedí un día de trabajo".
El equipo lo cuenta con sus propias fotos
- Baño de multitudes en la Puerta del Sol. Después del acto religioso en la Almudena, que concluyeron con una ofrenda floral, la siguiente parada de la expedición del Atlético fue la Casa de Correos de la Puerta del Sol. Miles de aficionados les esperaban concentrados alrededor del kilómetro cero, justo enfrente de la entrada. La imagen, como las demás, está tomada al azar por los integrantes del equipo.
- La Supercopa de Europa
se asoma a Madrid. Los futbolistas del Atlético se agolpan en el balcón de la sede de la Comunidad de Madrid mientras se van pasando la copa que conquistaron el pasado viernes en Mónaco contra el Inter de Milán. "También es vuestra, sin vuestro apoyo no sería posible", afirman los campeones mientras se van pasando el micrófono.
- Quique Flores se termina soltando. El entrenador del Atlético se escabulle de la presidenta regional, que le anima a decir unas palabras, hasta que al final le convencen entre los jugadores, sus ayudantes y el director deportivo, Jesús García Pitarch. Su mensaje está marcado por la prudencia: "Esta temporada que empieza debemos ser mejores, os garantizo que lo daremos todo".
- Reyes vuelve a abrirse
la cabeza. El extremo andaluz, justo en el momento en que el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón le nombra para entregarle una placa individual de recuerdo como al resto de jugadores, sufre la alegría sin control de sus compañeros. Medio vestuario se le echa encima y el jugador nota cómo se le abren los puntos que recibió en la cabeza tras su encontronazo frente al Sporting.
- Momentos para el recuerdo. El cuerpo técnico aprovecha un hueco en la agenda para juntarse y hacerse varias fotos con la Supercopa. De izquierda a derecha, Fran Escribá, el segundo entrenador; Quique Flores; el preparador físico, Jordi García; y el entrenador de porteros, Emilio Álvarez.
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