Liga de ligas
Tres ligas en una: la aristocrática, por el título; la de la clase media, por Europa, y la proletaria, por no descender.
Esta tarde, si el tiempo no lo impide, arranca la Liga de los campeones del mundo. Desde que el fútbol es una rama de la industria televisiva, sus guionistas, deseosos de mantener el interés del máximo número de espectadores, han configurado un sistema capaz de captar la atención de todas las aficiones y no solo las de los equipos que se disputan la primera plaza.
De los 20 equipos de Primera, únicamente el Barcelona y el Madrid, que han ganado ocho de las 10 últimas Ligas, son aspirantes verosímiles al título. Por tradición, pero también por presupuesto: 420 millones de euros el Madrid y 405 millones el Barcelona la temporada pasada; de esta no hay datos. Y por demografía: representan a las dos ciudades más pobladas de España y, por tanto, a las hinchadas potencialmente más numerosas.
La estadística revela una correlación entre población y resultados. Los dos siguientes equipos en la Liga pasada fueron el Valencia y el Sevilla, que llevan los nombres de las dos siguientes ciudades con mayor población y cuyos presupuestos son de 110 y 120 millones, respectivamente. No solo ocurre en el fútbol: en los Campeonatos de Europa de atletismo, y también en los de natación, celebrados ambos este verano, el medallero final reproduce la lista de los países más poblados y con mayor PIB del continente, con ligeras variaciones.
Hay, por tanto, una primera liga que juegan el Barcelona y el Madrid, que el curso pasado mantuvieron un apretado duelo hasta el final y que sacaron al siguiente en la clasificación 28 y 25 puntos, Es la Liga aristocrática.
Pero hay otra en la que participan habitualmente entre seis y ocho equipos en disputa por alguno de los otros cuatro puestos, del tercero al sexto, que dan acceso a las competiciones europeas: Champions y Liga Europa. Es la Liga, podríamos decir, de la clase media con aspiraciones. Con presupuestos de entre 50 y 70 millones, la integran Villarreal, Athletic, Deportivo y Espanyol, a los que habría que añadir al Atlético, que dobla esa cantidad. Más las revelaciones de cada temporada, imprescindibles para mantener la intriga, y que en la Liga 2009-2010 fueron el Mallorca, que quedó el quinto -y cuya audacia castigó la UEFA excluyéndole de Europa por deudas impagadas- y el Getafe, estandarte de las emergentes ciudades que no son capitales de provincia.
El resto de los equipos oscila entre la clase media baja y la clase obrera futbolística, con presupuestos de entre 20 y 40 millones. Zaragoza, Racing, Sporting, Almería más los ascendidos Real Sociedad, Levante y Hércules juegan esa tercera liga cuyo premio es conservar la categoría. Un objetivo que suscita tantas emociones y llena campos y audiencias casi tanto como el de la clasificación europea.
Como todo deporte que se juega con una pelota, el fútbol tiene la gracia de la incertidumbre. Pero ahora esa emoción se produce por separado dentro de cada una de las tres ligas del campeonato, manteniéndose bastante estable la composición de cada una de ellas. Para conservar la posibilidad de sorpresa, pero dentro de un orden.
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