Un golpe de 20 millones
Caer en la 'Champions' angustia al Sevilla en lo económico y genera dudas en lo deportivo
La noche fue larga en el Ramón Sánchez Pizjuán. Cinco años y seis títulos después, José María del Nido observó cómo la grada se rebelaba ante la enorme decepción que ha supuesto la eliminación del Sevilla ante el Sporting de Braga en la previa de la Liga de Campeones. La última vez que el público estalló contra el presidente fue el 2 de octubre de 2005, cuando después de empatar en casa ante el Espanyol (1-1) el Sevilla ocupaba la 16ª plaza de la clasificación. La afición le preguntaba a Del Nido por los millones de los traspasos de Sergio Ramos y Julio Baptista. Luego llegaron dos Copas de la UEFA, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y otra de España. La afición calló. Hasta el martes por la noche.
Monchi: "El proyecto está muy vivo y no se puede hablar de fin de ciclo en el Sevilla"
Las renovaciones de Luis Fabiano y Navas, en peligro sin el dinero de la 'Champions'
Mientras algunos seguidores llamaban "mercenarios" a los jugadores a la salida del estadio, en una escena propia del pasado en el Sevilla, Del Nido pedía perdón y empezaba a trazar un plan junto a sus colaboradores para paliar un batacazo con el que no se contaba. El dirigente, en un discurso sin complejos, no dudó en airear que la entidad andaluza se jugaba el 20% de su presupuesto de 100 millones de euros.
En las arcas se contabilizaban siete millones por acceder a la fase de grupos y otros siete después de una liguilla aceptable, con pasaporte a los octavos de final. A eso habría que unir la taquilla de los tres partidos a jugar en casa. Pasar a cuartos hubiera disparado las pretensiones económicas del Sevilla en la competición. Un castillo de naipes derrumbado tras las dos derrotas ante el Braga.
Este impacto económico, que supone perder alrededor de 20 millones, tendrá una incidencia directa en las dos operaciones que Del Nido quería acometer en el próximo mes de septiembre: las renovaciones de Luis Fabiano y Jesús Navas. Blindados durante el verano Palop, Escudé y Renato, el presidente se marcó como objetivos inexcusables atar a sus dos jugadores más determinantes. Sin el dinero fresco de la Champions, estas metas se antojan mucho más complicadas.
Si en lo económico el golpe es fuerte, la eliminación ha sembrado un campo de dudas en torno a las prestaciones deportivas de este equipo. Se tiene la convicción de que la plantilla tiene cualidades suficientes para pelear por los puestos altos en la Liga, pero nadie apuesta porque este grupo tenga capacidad de pelearle el título a Barcelona y Madrid, gesta que sí fue posible, por ejemplo, en la temporada 2006-07.
Las causas de esta desaceleración del Sevilla son evidentes. El equipo andaluz había invertido, hasta el fichaje de Alexis por cinco millones de euros, un total de 5,8 en las llegadas de Dabo, Guarente y Cigarini. El verano de 2005, el del gran salto, el de los fichajes de Palop, Luis Fabiano y Kanouté, gastó 16. A partir de ese verano, y salvo excepciones de la talla de Squillaci, Keita y Poulsen, el Sevilla ha realizado inversiones millonarias en jugadores que no han acabado de cumplir con las expectativas y que, desgraciadamente, contribuyen al empobrecimiento general del grupo. Por ejemplo, Koné costó 12 millones; Chevantón, nueve; Mosquera, ocho; Romaric, ocho; Konko, otros ocho; Acosta, siete, De Mul, cinco... Monchi, en muchas ocasiones el gran valedor de los proyectos del Sevilla, dejó de ser infalible.
Mientras estos futbolistas, por diversas causas, no aportaron lo esperado, el peso del equipo siguió cayendo en los de siempre, caso de Palop, Navas, Luis Fabiano o Kanouté.
Precisamente fue Monchi el encargado de dar la cara. Lo primero que hizo fue defender el proyecto encabezado por Antonio Álvarez, técnico que, a pesar de cumplir con los objetivos la temporada pasada, no ha logrado ninguno de los dos que tenía asignados en este mes de agosto.Tras la marcha de Juande Ramos, el Sevilla ha huido de los entrenadores de perfil elevado, apostando en su momento por Manolo Jiménez y ahora por el propio Álvarez. "La eliminación ha supuesto una enorme decepción, un palo muy gordo, pero no podemos hablar de fin de ciclo", expuso el director deportivo del Sevilla. "El proyecto está tan vivo como siempre", añadió.
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