Oda al burro
Un grupo de estudiantes recorre los pueblos del norte en defensa de la especie
La burra Jardinera, famosa por sus desmanes hasta el punto de que le pusieron un bocao de los de domar a los caballos, murió hace poco, a sus 24 años. Dejó huérfano a su pueblo, Gargantilla de Lozoya, puesto que era la última de su especie. Melancólico desde entonces, Felipe, su dueño, un tipo de apariencia hosca, no daba crédito ayer al ver entrar a cuatro burros en el pueblo, montados por extranjeros. Como si Jardinera, la rebelde, nunca se hubiese ido.
No era sino un grupo de estudiantes de varios países europeos que recorre este verano los pueblos de la Sierra Norte, concienciando a sus gentes sobre la necesidad de proteger a los burros, una especie en peligro de extinción que ha trotado cargada de bultos desde tiempos remotos por estas escarpadas laderas. La iniciativa de los estudiantes se conoce como Donkey Caravan (caravana de burros) y llegó ayer tarde con todo su ruido de panderetas y timbales a Gargantilla de Lozoya, un pueblo inmerso en sus fiestas.
La burra 'Jardinera' fue la última de su especie en Gargantilla
Los chavales recorrieron las calles llamando a los vecinos a acudir a la plaza, donde desplegaron su espectáculo de hip-hop, danza (a cargo de un francés con aire vampiresco) y teatro. Allí, entre la gente, merodeaba satisfecho Rodolfo Gutiérrez, un hombre al que le ha sonreído la vida. "Mi familia tenía dos burros como esos, dos yeguas, 500 ovejas y 30 cabras. De la gente con más posibles del pueblo", relataba. Ahora, ha cambiado la vida de campo por una empresa de carritos eléctricos de golf. ¿Encantado pues con Esperanza Aguirre? "La presidenta usa los nuestros", asegura, como si de un burro moderno y más glamuroso se tratase.
El alcalde, Ignacio González, ve la iniciativa como una buena forma de lanzar un mensaje medioambiental: "Así se puede concienciar a la gente".
A lo lejos, Felipe disfrutaba del espectáculo: "Jardinera echaba abajo todo este tinglado". "Calla, hombre", le corregía de inmediato su señora, Ovidia.
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