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tipos de interés | personaje

El marginal

Él que no haya sentido alguna vez la necesidad de huir, de largarse sin avisar y no volver nunca jamás, tiene un grave problema: probablemente no pertenezca al género humano. Nuestros problemas tienden a seguirnos y es difícil darles esquinazo pero aún así es difícil no albergar la esperanza de evadirnos, de perdernos allí donde nadie (ni siquiera nosotros mismos) pueda encontrarnos.

Lo cierto es que ante la imposibilidad de llevar a cabo la gran evasión (las ataduras emocionales, los impuestos, el seguro del coche, el agua caliente...) acabamos descargando nuestras frustraciones en objetos inanimados o destruyendo lo que tenemos más cerca. Pero algunos huyen, sin que importe nada más que la propia huída, se desvanecen como el humo de un puro y si te he visto no me acuerdo.

Nick Rosen, un escritor y documentalista que gusta de ir por libre y que acostumbra a publicar sus trabajos en periódicos como el Guardian y el Times, emprendió su propio viaje hace ya unos cuantos lustros para acabar instalado en Mallorca ("así huye cualquiera" pensarán algunos/as). Allí empezó a obsesionarse con los tipos que como él se han refugiado en los suburbios del sistema, ansiando no ser molestados. Así empezó una serie de artículos sobre los que un día decidieron abandonar el mundanal ruido para vivir su propio sueño sin interferencias. Rosen no quería retratar una comunidad idílica de peregrinos y pioneros, le asustaba la idea de caer en los abismos del buenrrollismo y pintar todo el cuadro del mismo color.

Armado con todo el escepticismo que pudo reunir el escritor se trasladó a Estados Unidos y allí plasmó su propia visión de un universo fronterizo, una especie de Salvaje Oeste del s.XXI donde cabían amantes de la marihuana, pensionistas con vocación de agricultor, miembros de milicias ultraderechistas, millonarios, víctimas de la crisis, ambientalistas, ecologistas, bichos raros, familias y hasta algún paranoico convencido de que con una cabaña, unas cuantas latas y un arma de gran calibre esquivara el Apocalipsis que está por llegar.

Al final, Rosen escribió Off the grid, un delicioso libro sobre los resquicios de la libertad individual y la masificación de un fenómeno que se ha convertido en un animal de pelaje distinto, una reserva donde conviven (es un decir) hombres y mujeres que no entran en los parámetros sociales habituales. Para ellos cuidar de sí mismos representa la liberación última, un corte de mangas a la maquinaria burocrática que convierte nuestras vidas en una rutina ingobernable. Lo más curioso del caso es que después de leer a Rosen y a pesar del abanico de personalidades que habitan sus páginas, a uno le queda la impresión de que -a pesar de lo que pueda parecer a primera vista- huir es una gran opción. Conlleva sacrificios, perdidas y coloca a los que lo intentan en ese perfil tan molesto pero tan llevadero que llamamos "asocial". Nos gusta regodearnos en lo bien que vivimos siendo como somos y lo estúpidos que son todos aquellos que deciden ir al revés. El único problema es que quizás los que vayan al revés seamos nosotros.

Nick Rosen.
Nick Rosen.

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