Reivindicación de Ceuta y Melilla
Reivindicar significa reclamar algo que nos pertenece, algo que ya era nuestro en el pasado de un modo u otro y que perdimos, se nos arrebató o dejamos.
Ha de existir una relación previa, por eso no se dice clamar, sino reclamar, y la reivindicación habla de unos derechos conculcados, unos derechos anteriores al momento en que se habla.
Ninguno de esos aspectos es aplicable a la situación de Ceuta y Melilla, ciudades españolas a todos los efectos, con anterioridad de varios siglos a la creación del Reino de Marruecos, obra de la dinastía alauí, personificada en un abuelo del rey.
Cuando Ceuta y Melilla levantaron sus muros, no existía ningún reino en el norte de África, en la zona del Estrecho fronteriza a la Península, los habitantes eran nómadas y se agrupaban en cabilas. España no despojó a Marruecos de nada, simplemente porque en el siglo XVII Marruecos no se había constituido todavía. Por supuesto, no descubro nada que no se sepa, de común conocimiento, registrado en todos los libros de Historia Universal.