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Reportaje:

Lorenzo es insaciable

El mallorquín suma su séptima victoria camino de su primer Mundial de MotoGP - Con Agostini y Doohan, dos leyendas, es el único piloto que no se ha bajado del podio en las 10 primeras carreras de la temporada

Nadia Tronchoni

Es incorregible. Quienes le conocen desde que no era más que un adolescente que rebosaba talento y genio por doquier no se cansan de asegurar que ha cambiado. Pero Jorge Lorenzo es incorregible. Solo ha madurado. Como cualquier hijo de vecino. Ya no es un crío. Pero, aunque trata de ser más racional, se le llevan los demonios cuando las cosas no salen como quiere: "Para ser sincero, estaba muy enfadado con la caída de ayer [por el sábado]. Y cuando estoy enfadado solo pienso en ser más rápido. Eso puede ser peligroso porque tengo más posibilidades de caerme", confesó ayer, tras el Gran Premio de la República Checa, olvidado ya el enfado y con una sonrisa pícara tras su séptima victoria del año. "¡Es la leche!", resumió. Lo es. Con su victoria en Brno, Lorenzo es, junto con dos leyendas del motociclismo, Giacomo Agostini y Mick Doohan, el único piloto que no ha bajado del segundo escalón del podio en las 10 primeras carreras de un Mundial.

"No me interesan las estadísticas, no me preocupan los récords. Solo me interesa el número uno", decía Lorenzo el sábado, antes de su última gesta. Si bien, a base de romper moldes, con sus siete triunfos y sus tres segundos puestos, se arma de razones para defender el título de MotoGP, que ganará por méritos propios, no porque su compañero en Yamaha y rival Valentino Rossi se destrozara la pierna en Mugello cuando precisamente trataba de dar caza al vecino de taller más puñetero que conoció jamás.

El mallorquín, que nada más terminar la prueba afirmó que está cada vez "más cerca del sueño", ya tiene 77 puntos de ventaja, es decir tres carreras de margen, en las que puede permitirse algún error, algún imprevisto. En la de ayer, tras la caída del sábado en la ronda clasificatoria y con unas condiciones meteorológicas tan cambiantes, contaba con perder algún punto. En cambio, siguió sumando.

Lo hizo con un arranque espectacular desde la tercera posición de la parrilla de salida. Dani Pedrosa, desde la pole, y Ben Spies, en el segundo puesto, salieron rapidísimos. Pero el de Yamaha les tomó el interior en la primera curva a derechas. Sí, a ambos. Y se colocó en cabeza.

Apenas le intimidó Pedrosa en las vueltas iniciales. Los dos españoles fueron marcando una vuelta rápida tras otra. "A ver quién puede más", parecían decirse. Hasta Spies quiso entrar en la batalla marcando vuelta rápida en el tercer giro. En el mismo en el que Dovizioso, que marchaba cuarto, se fue al suelo en una caída tonta en la que su Honda se fue de delante: ambos, piloto y moto, quedaron tendidos en medio del trazado, aunque no hubo mayores consecuencias. En el ecuador de la carrera, Lorenzo apretó los dientes y dio al manguito del acelerador. Empezó a abrir distancias con Pedrosa, superando una y otra vez sus mejores vueltas. Le sacaba 1,2 segundos en la undécima, en la que se adjudicó la vuelta rápida de la carrera. Y la distancia fue aumentando en los siguientes tres giros, en los que ganó un segundo en cada uno, hasta resultar insalvable, pese al ritmo y la corrección del de Castellar del Vallés, que fue perdiendo fuelle y que incluso trató de realizar ligeras modificaciones en su estilo de pilotaje para ganar velocidad, lo que le resultó imposible. "Él iba muy fino, lo ha hecho muy bien", confesaba Pedrosa, resignado, tras la prueba.

Los últimos minutos sobre el asfalto de Brno, al fin seco y soleado tras una mañana de perros, resultaron intrascendentes. Entre cuatro y cinco segundos separaban a cada uno de los seis primeros pilotos. De manera que no hubo pelea por el primer puesto, pero tampoco por el podio. Y así, en el mismo orden que se estableció a mitad de la prueba, con Lorenzo primero, Pedrosa, Casey Stoner, un enorme Spies, el novato del año; un desaparecido Rossi, el otro protagonista del día, y un Nicky Hayden lesionado después, fueron pasando la meta.

El resto, casi resuelto el Mundial, en manos de Lorenzo, giró en torno al futuro de los cuatro magníficos. Conocida la marcha de Stoner a Honda, donde compartirá taller con Pedrosa, y también el aterrizaje de Rossi en Ducati, donde estará Hayden, falta confirmar la continuidad de Lorenzo -con Spies- en Yamaha, una casa que se ha dejado la piel por él esta temporada. Aunque él, sabiéndose el futuro campeón del mundo, se ponga gallito pidiéndoles que le bajen la Luna. Hace una declaración de amor -"Yamaha me quiere y yo amo a Yamaha. Seguro que cerraremos el contrato"- y al instante se declara "un agente libre, como los jugadores de baloncesto". Hoy probará algunas de las mejoras que tendrá su M1 en 2011. Y se muestra exigente: "Tenemos un gran chasis y un gran paso por curva, pero falta potencia".

Lorenzo, ayer al frente de la carrera de la República Checa.
Lorenzo, ayer al frente de la carrera de la República Checa.AFP

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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