Terapia antidrogas

Ningún guardia de El Molar quería patrullar con Francisco Yepes. César Torollo, el otro agente implicado, era el más novato y no tuvo opción. Había tenido problemas con las drogas y con Yepes volvió a consumir, pese a las amenazas de Susana, su compañera sentimental, de delatarle si seguía drogándose. Harta de ver cómo él y Yepes iban con frecuencia a por droga a San Agustín, incluso uniformados, les delató ante sus superiores. Pero cuando lo hizo, Asuntos Internos tenía transcritos varios kilómetros de delictivas conversaciones de Yepes y Torollo con traficantes de drogas. "Mi cliente no ha cometido ningún delito y se ha sometido a un tratamiento de desintoxicación, y nunca usó su cargo con fines delictivos ni obtuvo prebendas a cambio", subraya Francisco de Asís Vargas, el abogado de Torollo.

Vargas discrepa de la fiscal del caso, que ha trazado un paralelismo en las conductas de Yepes y Torollo y pide cinco años de cárcel para cada uno de ellos por cohecho; es decir, por aceptar drogas y otras prebendas de traficantes de droga a cambio de consentir y proteger sus actividades delictivas. Para el jefe de la Policía Local de El Molar, el fiscal pide dos años de inhabilitación para ejercer un cargo público, por no perseguir delitos.

El fiscal, en cambio, exculpa a la esposa de Yepes de todas las tropelías de su esposo.