El 'soul' de la torre de Babel
Un disco recupera las insólitas grabaciones en varios idiomas de grandes artistas de la Motown
Cosa de otros tiempos. Antes de que el inglés se convirtiera en la lengua franca por excelencia, era habitual que los artistas ambiciosos cantaran en otros idiomas para afianzarse en los respectivos mercados. Fue una práctica generalizada: los Beatles grabaron en alemán, Mick Jagger lo hizo en italiano y Petula Clark triunfó en francés. Incluso, la mayor fábrica de éxitos de los años sesenta, la compañía Motown, dedicó muchas energías a esas traducciones.
Se publica ahora un bonito doble CD, Motown around the world (Universal), que reúne las experiencias babélicas de cantantes como Stevie Wonder (en italiano y español), las Supremes (alemán e italiano) o Smokey Robinson (italiano y español). Los singles originales figuran entre las piezas más buscadas por los coleccionistas del soul, pero ahora sabemos que aquella no fue una ocurrencia ocasional sino una apuesta decidida por convertir el llamado sonido Detroit en auténtico fenómeno mundial.
Stevie Wonder no perdió totalmente su 'swing' al cantar en español
El cuadernillo, impreso en forma de pasaporte, revela la minuciosidad del proceso para internacionalizar Motown. Cada canción era traducida en el país de destino, desde donde luego viajaba un disquero hasta Detroit para supervisar el registro de las nuevas voces en los legendarios estudios Hitsville USA.
La tarea de verter los éxitos a otro idioma resultó más compleja de lo previsto. Los discos clásicos de Motown eran maravillas cinéticas, piezas de relojería donde encajaban milimétricamente la sección de ritmo, la orquestación, el coro y el solista. Y regrabar los dos últimos elementos planteaba problemas de ajuste: a veces hubo que remezclar los fondos instrumentales o simplificar los arreglos vocales. Por su parte, algunos de los cantantes disfrutaron de la experiencia: eso recuerda Otis Williams, miembro fundador de los Temptations. Otros incluso cambiaron de registro, como se aprecia en el trabajo del sublime Levi Stubbs en las versiones italianas de los Four Tops.
Y aun así, todo en vano. Ninguna de las versiones consiguió el mínimo impacto: el público que seguía a la Motown -o Tamla Motown, como era conocida en Europa- quería the real thing, no a cantantes chapurreando en su idioma. Puede que los distribuidores extranjeros de la compañía de Detroit tampoco tuvieran mucha fe en el experimento de Berry Gordy Jr, el mismísimo fundador de la Motown. Por ejemplo, las cuatro canciones de las Velvelettes pasadas al francés en 1965 no se editaron en vida del grupo.
Por lo que respecta al español, los intentos datan de 1970. Martha Reeves y las Vandellas registraron dos de sus éxitos con escaso acierto. Más inteligible resultaba Stevie Wonder, que no perdió totalmente su swing al interpretar Un lugar en el sol, Mi querido amor, Por primera vez y Mi ayer, tu ayer, el ayer. Según Pedro García, coautor de la indispensable guía 50 años de Motown: el sonido de la joven América en España, los adaptadores fueron Antonio Martínez y Jesús González, bajo los seudónimos de Amart y Cholo Baltasar.
Con el traslado de la sede a Los Ángeles, Gordy se olvidó de esos atajos. Con una excepción: Motown siguió mirando con ojos golosos al mercado hispanoparlante. En los ochenta probaron el castellano tanto Jermaine Jackson (Seamos serios) como Smokey Robinson (Aquí contigo), ambas recogidas en la presente recopilación. Felizmente, Motown around the world prescinde de aberraciones como la ininteligible adaptación del famoso I never been to me, de Charlene. Para mejor ocasión quedará otro secreto de la gloriosa compañía, el subsello Motown Latino, que en 1982 acogía a José Feliciano e Isela Sotelo.
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