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El PP anuncia una reestructuración del profesorado para el próximo curso

Los centros con pocos alumnos unificarán las clases, mientras que se aumentará el número de docentes donde haya más demanda

Pablo Linde

La educación en Galicia se desprenderá el curso que viene de algunos "lujos", como los centros con una veintena de alumnos y dos profesores. En este tipo de colegios, las clases se unificarán para ahorrar en personal, según anunció ayer el diputado popular Román Rodríguez.

El parlamentario puso varios ejemplos que la Consellería de Educación deberá "corregir" para racionalizar el gasto: "En la Costa da Morte hay un centro en el que 17 alumnos se dividen en dos grupos, menos de diez por cada clase. Si la LOE [Ley Orgánica de Educación] establece una ratio de hasta 30 estudiantes por aula, lo lógico es que estos 17 se reunifiquen en una. Hay otro con 44 alumnos divididos en cuatro grupos. En Barbanza, dos clases con 22 estudiantes. Ahí habrá pérdida de profesores, seguro".

La medida no traerá necesariamente una reducción del personal

Eso no quiere decir necesariamente, según subrayó Rodríguez, que el próximo curso habrá menos profesores, tal y como han denunciado la oposición y algunos sindicatos en las últimas semanas. "Si en unos sitios se recorta, en otros subirá el número de docentes, en función de las necesidades. Habrá, por ejemplo, más en Formación Profesional, que ahora tiene más demanda", explicó convirtiéndose en portavoz oficioso de la Consellería de Educación.

La distribución del profesorado que había hasta ahora es "un lujo que no se puede mantener en tiempo de crisis, cuando hay que adecuar los recursos a las necesidades reales". "En algún centro habrá menos profesores, pero en otro se incrementará. Habrá que hacer balance cuando se conozcan todas las matrículas y se sepa un número definitivo", añadió Rodríguez.

El portavoz de Educación del PP en el Parlamento recordó los augurios de la oposición durante el verano pasado, cuando PSdeG y BNG dijeron que habría medio millar de profesores menos. "Finalmente se registró un aumento de 153. Todavía estoy esperando una disculpa por este error", dijo Rodríguez, que con este argumento quitó credibilidad a la denuncia de la oposición de que durante el próximo curso habrá alrededor de un millar de docentes menos en la enseñanza pública.

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En un balance sobre la gestión de la Xunta en materia educativa, el parlamentario recordó que durante el curso pasado se incrementaron 3.300 plazas en las escuelas de idiomas, además de introducirse la matrícula online; se aumentó en 153 la plantilla de profesorado; se redujo en 13 las unidades de centros privados, frente el "aumento de 300" del bipartito; se incrementó en 20 el personal de comedores y en 2.500 los usuarios; y se subieron las tasas universitarias "el mínimo" exigido por el Ministerio de Educación.

Rodríguez hizo una enumeración de las novedades que traerá el próximo curso, como los ordenadores en las aulas de la mano del proyecto Abalar, o los centros plurilingües, gracias al decreto del gallego. Sobre esta norma, aseguró que el PP se encuentra "muy tranquilo" tras confirmarse la admisión a trámite del recurso de A Mesa pola Normalización Lingüística, aunque lamentó que desde diferentes sectores "no se asuman las decisiones democráticas de un gobierno".

"Cumple los marcos legales establecidos, se enmarca en la Ley de Normalización Lingüística, el Estatuto de Autonomía y la Constitución", aseguró. De este modo y tras reconocer que "los jueces tendrán su valoración" al respecto, advirtió a las entidades que presentaron recurso contra la norma de que, en su lugar, "estaría menos tranquilo ya que tendrán que dar explicaciones cuando se constate la legalidad del texto".

Rodríguez recordó, además, que el decreto se basa en las "grandes líneas maestras" del equilibrio entre gallego, castellano y la "progresiva inserción del inglés", para después contraponer la adhesión de "30 centros" al programa del plurilingüismo "frente a los que intentan frenar cualquier tipo de mejora".

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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