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Reportaje:

Guías profesionales, guías pícaros

La mayoría de los trabajadores que explican la ciudad a los turistas están cualificados, pero siempre hay quien aprovecha para hacer su agosto

Es una extraña escena que se repite a diario. Un cardumen de turistas japoneses baja de un autobús y se arremolina cual rebaño asustado en torno a una señora que señala el cielo con un paraguas desmochado. Bajo ese paraguas duchampiano hay un guía profesional trabajando bajo el sol.

Por lo general mujer, ha sido contratada por una agencia para que se encargue de su paquete humano. Tiene una titulación de la Escuela de Turismo para ejercer el oficio y ahora que las cosas están difíciles y atracan menos cruceros en el puerto andan un poco mosqueados con el intrusismo.

Al fin, la ciudad de Valencia es un destino turístico. Ya no se ve aquel horrendo cartel que puso un Consistorio en los 80, en el semáforo de Europa, que culpablemente rezaba: "Visita turística, tres horas" como si se diera por hecho que esta era una ciudad de paso.

Malestar entre los titulados por la labor de quienes son acompañantes
Un comerciante se queja de no tener clientes porque no paga comisiones

Las cosas han cambiado mucho desde los 80 del pasado siglo. El puerto aspira a adelantar a Barcelona en atraques de grandes cruceros. El inicio de esta bochornosa temporada alta ha venido marcado por las exigencias de los hoteleros de dotar de una marca turística a la ciudad. Están inquietos porque no ven una política clara en la Consejería de Turismo y urgen una promoción de la ciudad más allá de los espectaculares y no tan rentables eventos. Un plan estratégico que organice la improvisación de Generalitat y Ayuntamiento, ensimismados y muy autosatisfechos con su línea sideral y voceada por doquier de grandes eventos.

En la base de esta esencial actividad económica que es el turismo están los guías, profesionales que ahora ven invadidas sus competencias por aficionados y pícaros.

Para completar el escenario, algunos comerciantes de tiendas de recuerdos de Ciutat Vella denuncian abusos por parte de guías que no llevan al turista a la tienda si ésta no les paga comisión.

- "Aquí no compres"

Carlos (nombre supuesto) es dueño de una minúscula tienda destinada al turismo en los alrededores del Mercat Central. La oferta no ha variado mucho desde los tiempos del cuplé. Los toritos de felpa negra, las gitanas con faralaes, los sombreros mexicanos, pins con paellas y refrescos. Iconos desgastados de una España que se aleja pero siguen funcionando como reclamo para extranjeros.

Carlos se acalora en su tienda de regalos: "Llega un barco con dos mil turistas y desembarcan en la ciudad. Entran en todas las tiendas de los alrededores de El Micalet menos en varias de la plaza de la Reina o la mía. ¿Por qué? Algunos guías han llegado a decir en mi cara: "Aquí no compres que es muy caro". Y es que me niego a dar comisión a ese gueto cerrado. Pagar un diezmo es ilegal. En lo que respecta a mí ese turismo de guías no me deja un euro".

¿Intrusismo y picaresca? No parece tan aburrido este mundo de turistas que pasean a diario por la Ciudad de las Artes y La Llotja, por las torres de Serrans y Quart, por el Pío V y el IVAM.

Ofelia, la portavoz de la Asociación Valenciana de Guías Turísticos se indigna ante las acusaciones de cobro de comisiones por guías.

"Antes que nada aclaremos una cuestión: una cosa son los guías turísticos titulados, que han hecho sus oposiciones y su reciclaje y otra muy distinta es el guía acompañante. Una persona que sabe decir yes y se mete en camisa de once varas. Esos son los que pueden pedir comisiones. El guía profesional no las necesita, tiene sus honorarios garantizados por sus servicios".

El caso es que el llamado "acompañante turístico" es una persona que se ocupa de contar las cabezas y fijar los puntos de encuentro de la excursión. Debe controlar también que todos vuelvan sanos y salvos a sus hoteles pero no está capacitado ni autorizado para hacer de guía turístico.

- Guía profesional y acompañante turístico

Ofelia denuncia que el intrusismo profesional viene dado por esas personas "que están haciendo una doble función, de guías turísticos sin título y de acompañantes. La agencia que los contrata es también responsable pues intenta ahorrarse lo que pagaría a uno de nosotros".

Cuando las agencias gestionan los paquetes turísticos deben atender las preferencias de ruta de los clientes. Unos se interesan por los museos de una ciudad, otros por los edificios, algunos quieren visitar Sagunt, etc. Las agencias necesitan contratar a profesionales versados en historia, arquitectura y otras materias que permiten informar a los visitantes del Tribunal de las Aguas, la Llotja, los Baños del Almirante o la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Ese servicio debe ser prestado por un profesional con licencia.

"El 21 de mayo de este año la Consejería de Turismo aprobó la ley que regula la actividad de los casi cuarenta guías turísticos que somos en la Asociación", recuerda Ofelia, "sin embargo, no ha habido un verdadero control sobre el pirateo y eso va en detrimento del servicio de los clientes turistas que pagan su excursión".

- Los potreros en acción

En realidad, los grupos de turistas nórdicos, italianos, japoneses o extremeños que bajan del autobús y abren la boca de admiración ante las gárgolas obscenas de nuestra Llotja parecen siempre despistados. Por eso son víctimas propicias para los llamados potreros. Son personas que haciendo la función de acompañantes improvisados se dedican a llevar a los grupos a tiendas muy concretas de zapatos, chaquetas de cuero o antigüedades.

La portavoz de la asociación de guías, dice que hay empresas en Alicante conocidas como manteros que "manipulan la masa turística sin escrúpulos. Aquí en Valencia, los free walking tour promocionados en los youth hostels en pasadas temporadas era una actividad ilegal. "Hemos presentado denuncias que nos ha facilitado el Ayuntamiento para eliminarlos. Se presentaba alguien a un punto de encuentro y decía: "Hay que darle un dinero al chico" y cosas así. Se sacaban un sueldo, pero eso se ha cortado con el apoyo logístico de la Policía Local".

Según esta guía valenciana, "Valencia está marcando un hito en oferta turística y a los críticos les diré que aunque nos empeñemos hasta las pestañas se ha creado un foco de atracción mundial".

No le falta razón a Ofelia si pensamos que el puerto de Valencia comienza a ser favorito en el atraque de grandes cruceros. Barcos gigantescos que transportan 3.850 pasajeros sin contar a la tripulación. Las grandes compañías mundiales como MSC, Costa Cruceros, Caribe o Aida han puesto una banderita en el Golfo de Valencia como punto de atraque. Eso tiene mucho futuro.

Los guías tienen trabajo de sobra para las próximas temporadas. Son profesionales independientes y dependen de su solvencia profesional para ser contratados por las agencias. Pero los listillos siempre están al acecho. Y es que a pesar del turismo creciente hay mucho paro y la gente tiene que vivir.

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