El momento de relajarse en Saint Malo
Llega el verano y la vida es "mucho mejor de lo esperado". Esa era más o menos la frase que entonaba el viernes un relajado Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE).
En mayo, se ponía en duda la supervivencia misma de la eurozona. El euro caía en picado. Ahora la divisa se recupera y Trichet puede hablar felizmente de una monótona "normalización". A pesar de ello, no ha dicho palabra sobre el fin de las políticas monetarias excepcionales.
Trichet puede permitirse estar más contento. Las políticas destinadas a evitar la catástrofe han funcionado. La rápida mejoría de la eurozona es extraordinaria. Pero, hasta cierto punto, también es superficial. Los problemas económicos subyacentes de la zona no se han resuelto. La crisis podría reaparecer en una economía de la europeriferia u otra, aunque de momento parezca haber quedado bien enterrada bajo la marea de liquidez de emergencia y activismo político.
Los mercados se han tranquilizado gracias al enorme Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y puede que por las pruebas de resistencia a las que se ha sometido a los bancos europeos. Trichet asegura que dichas pruebas han sido exhaustivas y rigurosas, aunque muchos analistas podrían discrepar. Pero un incremento del 0,9% en el índice trimestral interbancario del Euríbor, el más alto en un año, puede interpretarse, según Trichet, como un indicio de que los mercados monetarios vuelven a funcionar con normalidad, y no como una prueba de que el temor de los bancos va a más.
El BCE prácticamente ha dejado de comprar bonos del Estado. Y, en esta ocasión, menos bancos han aprovechado la refinanciación semanal del BCE, y por menos fondos. No es necesaria la decisión de continuar con una financiación trimestral antes de la reunión de septiembre. Probablemente, el BCE estará más preocupado por la constante fragilidad de la economía de la eurozona que tranquilo por la actual recuperación. Lo más probable es que siga adoptando una línea relajada con los bancos hasta 2011 y solo les obligue gradualmente a buscar fondos en otro sitio.
Sí, la eurozona se suma a la recuperación internacional, una marea que eleva a todos los barcos, incluso Grecia y España. Pero no está claro que vaya a ser suficiente para impedir futuros naufragios. Ni a Trichet ni a los mercados les preocupa mucho en este momento. Él está de vacaciones en Saint Malo. Debería disfrutar de ellas mientras la vida esté tranquila. -
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