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Grau firmó las cuentas del CEyD de 2009 en solitario el pasado febrero

Aumentan las dudas sobre la gestión de la entidad del Ayuntamiento de Valencia

Pablo Ferri

Más líos en la gestión del Centro de Estrategias y Desarrollo (CEyD). Los datos demuestran que el primer teniente de alcalde, Alfonso Grau, firmó las cuentas de 2009 en solitario el pasado febrero. La alcaldesa de Valencia y presidenta de la entidad, Rita Barberá, certificó ante el Registro Mercantil que fue la asamblea quien las aprobó. Hasta hoy se sabía que lo que había firmado Barberá ante el Registro Mercantil era falso, pero no que Grau, que había calificado esta diferencia temporal de "defecto de forma", se había saltado los estatutos de la entidad para cerrar las cuentas de 2009. ¿Por qué es importante esto? porque el Ayuntamiento ha transferido cuatro millones de euros de dinero público a la entidad en los últimos cuatro años y porque, pese a eso, se niega a explicar qué se hace con él. Es más, el CEyD contrató trabajos con una empresa del grupo Laterne a la que pagó por ello, para que luego otra mercantil se haya encargado de hacerlos.

La edil socialista Ana Botella pide a la Agencia Tributaria que estudie al CEyD

El CEyD, como asociación, se rige por los acuerdos de su asamblea. Este órgano se reunió por última vez el pasado 26 de julio después de años sin hacerlo. A pesar de esto, Barberá, presidenta de la entidad, certificó cada uno de los últimos cuatro que la asamblea se había reunido y que sus socios e integrantes (las dos universidades, la Feria de Valencia, la Generalitat, la Autoridad Portuaria, la Cámara de Comercio...) habían dado el visto bueno a los números. Falso. Nunca se reunieron, nunca aprobaron las cuentas y la única explicación que dio su delegado, Alfonso Grau, durante la reunión del órgano de gobierno el pasado 26 de julio, es que se trataba de una "subsanación de errores". Falso también.

Grau sabía cuando explicó eso a los socios que él mismo, en solitario, había aprobado al menos las cuentas de 2009. Irregularmente, pero las había aprobado. Irregularmente porque lo hizo en una sesión de la comisión de representación, el órgano permanente del CEyD, formado por la alcaldía, la tesorería (Feria Valencia) y la secretaría (la Cámara de Comercio) y no a través de la asamblea, que es lo que dictan los estatutos. Eso ocurrió en febrero. La Feria y la Cámara no acudieron a la comisión y delegaron en Grau, que tuvo vía libre para firmar las cuentas con la directora ejecutiva del CEyD, Mar Martínez, de testigo. Más tarde, en abril, Barberá y Arturo Virosque, secretario de la asociación y ex presidente de la Cámara de Comercio, certificaron ante el Registro Mercantil que la asamblea había aprobado las cuentas de 2009 el mismo día de febrero que el CEyD asegura que se reunió la comisión de representación para hacerlo. ¿Ocurrió lo mismo en 2006, 2007 y 2008?

Ante las reticencias del gobierno local a enseñar las facturas del CEyD de esos cuatro años, la concejal socialista Ana Botella escribió ayer a la Agencia Tributaria para que inspeccione si la entidad "está al corriente de sus obligaciones tributarias". Botella lleva años tratando de iluminar los sótanos del CEyD, lo que hay detrás de las cuentas, las facturas. El gobierno local le espeta que ella "no es quién" para hacerlo.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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