¿Dónde está el enemigo?
Preocupados por su pan y su futuro, los miembros del único estamento taurino que mantiene una postura común, la Unión de picadores y banderilleros españoles ha promovido la lectura de un manifiesto antes del comienzo de cada paseíllo en todos los festejos. En Azpeitia se leyó en euskera y español. En Marbella añadieron la versión en inglés.
En todas las plazas de toros se escuchó: "Los profesionales de la tauromaquia manifestamos nuestro rechazo a la decisión del Parlamento catalán de prohibir las corridas de toros en esta Comunidad. Pedimos que cese la manipulación política de la fiesta. Exigimos garantía de nuestro derecho al trabajo y exigimos respeto a la libertad individual de asistir al espectáculo que es expresión de nuestra cultura y nuestras tradiciones. En solidaridad con los aficionados catalanes y por la libertad de ir a los toros, ¡viva la fiesta taurina!". Pero en Las Ventas se cambió sin dar explicación el final del texto. El "¡viva la fiesta taurina!" pasó a ser "¡viva la fiesta nacional". ¿Se despolitiza así la fiesta? Minutos antes, Carlos Abella, que se estrenaba en el cargo de Gerente de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, desmentía lo rumores. Aseguró que se leería el manifiesto original, sin cambios. ¿Le colaron un gol?
MOLINA / NÚÑEZ, REY, CASTAÑO
Novillos de Javier Molina, desiguales, nobles y justos de fuerzas.
Luis Martín Núñez, que se presentaba en esta plaza: estocada, palmas; y pinchazo, estocada y dos descabellos, silencio tras aviso.
Juan Carlos Rey, estocada que hace guardia y estocada caída, silencio tras aviso; y estocada trasera, vuelta al ruedo.
Damián Castaño, debutaba en Madrid: dos pinchazos y estocada, saludos; y pinchazo y estocada casi entera, silencio.
Antes de tomar capote y muleta se oyeron voces de la afición. "Libertad, libertad, libertad", clamaban. Desde el tendido 7 se sacó una pancarta con un texto reivindicativo pero que no tendrán en cuenta. No les conviene. Decía la sábana: "Por el futuro de la fiesta, ¡todos contra el fraude, la manipulación y el monoencaste Domecq!".
Desde hace semanas se tilda de antitaurino a cualquier aficionado que se atreva a sacar un solo defecto a la fiesta. Siguiendo esta regla, para los que viven del negocio de los toros las voces de la afición pidiendo mejores carteles o un cambio de empresa para arreglar el pésimo estado del espectáculo provienen de sectores próximos a los antitaurinos más que de los abonados de Madrid.
Los tres novilleros pusieron disposición y ganas. Destacó la entrega del salmantino Damián Castaño en el recibo de capote del tercero. Juan Carlos Rey y Luis Martín Núñez no pasaron de aseados. El jurado, sin saber muy bien el criterio de selección, ha decido que el próximo domingo disputen la final del ciclo de aspirantes Juan Pablo Sánchez, Antonio Espaliú y Damián Castaño frente a novillos de Montealto. Así es el oscurantismo que tanto daño hace al futuro de este espectáculo.
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